Roger Federer es un emblema en el tenis mundial. Difícil es encontrar un año de niveles bajos en su extensa carrera en el tenis. Aunque como todo mortal tuvo algún descenso en el ranking, su vigencia es impresionante: se mantiene en niveles altísimos, como si tuviera 20 otra vez. 

Hoy, en el Abierto de Australia, corrió con un poco de suerte: se clasificó para su 30ª final de Grand Slam después del abandono del surcoreano Chung Hyeon a causa de problemas en un pie.

En este sentido, Roger defenderá su corona en el partido por el título contra el croata Marin Cilic. Si gana logrará su 20º Grand Slam, el sexto en Melbourne. Toda una leyenda.

"El primer set fue normal, a continuación, creo que él estaba lastrado por las ampollas, sé que provocan mucho dolor", declaró el suizo después de ganar el encuentro.

Del otro lado, Chung dio la nota en el certamen: fue la gran revelación y se convirtió en el primer surcoreano en llegar a semifinales de Grand Slam. Incluso, antes de abandonar ante Roger, sacó del torneo al serbio Novak Djokovic en octavos de final.