Hugo Moyano estaba refugiado, lejos de los medios. Evitaba la exposición, pero llegó el día en que eligió salir a hablar públicamente. Acorralado por la Justicia y con marcadas diferencias con Mauricio Macri, eligió el programa de Chiche Gelblung en Crónica para dejar bien clara su postura.

"Me pegan a mí porque no le pueden pegar a mi hijo Pablo”, lanzó, y minutos después aclaro de manera tajante: "No soy dueño de OCA, no tengo nada que ver con ese tema”.

En una ida y vuelta distendido, además, el presidente de Independiente reconoció que algunos políticos "roban, pero otros nos dan de comer”, al tiempo que se mostró "orgulloso de pertenecer a la clase laburante”. "Jamás renunciaría”, añadió.

Sobre las denuncias en su contra, afirmó: "No tengo nada que esconder. Tengo muchos abogados, pero pocas denuncias”, bromeó, y subió la apuesta contra la familia Macri: "Si cometí algún delito y tengo que ir preso quiero una celda al lado de Franco (padre de Mauricio)”.

En relación a sus diferencias y cruces con el Presidente, aclaró: "Hace más de dos meses que no hablamos”. "Se siento muy atacado”, aseveró Hugo Moyano y se mostró preocupado por el avance judicial contra él y su hijo Pablo.

Finalmente, en una analogía un tanto incómoda, el gremialista se comparó con Martin Luther King al asegurar que "tiene un sueño" al desear que el Sillón de Rivadavia sea ocupado por "un laburante".

OCA-GATE

La UIF está revitalizada después de lo desdibujada que quedó al comienzo de la gestión Cambiemos. Es el ariete del Gobierno contra Moyano. Su informe sobre el camionero terminó plasmado en una denuncia ante el fuero Penal Económico por la Procuraduría de Criminalidad Ecónomica y Lavado de Activos.

La denuncia es por evasión impositiva y lavado de activos. Involucra no sólo a OCA y a Hugo y Pablo Moyano sino a diferentes grupos empresario y al Club Atlético Social y Deportivo Camioneros. Una de las sospechas es que hubo transferencias de plata a la Mutual de Camioneros cuando la empresa de correos estaba en rojo.