Una vez más, la empresa alemana Siemens está bajo la lupa de la Cámara de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).

En esta oportunidad, la investigación tuvo lugar  luego del reclamo de la compañía energética argentina Stoneway, quien aseguró que Siemens había notificado a los tenedores de deuda que la empresa argentina había incumplido en los plazos de préstamos, "cuando en efecto no había ocurrido", reveló una fuente directa de la transacción al sitio Bloomberg.

Stoneway había obtenido la licitación para la construcción de un grupo de centrales energéticas en nuestro país. Para la obra, la eléctrica argentina decidió contrarar a la firma alemana. Y, a partir de allí, nació el conflicto: Siemens habría denunciado un falso incumplimiento de estos pagos al banco BNY Mellon y posteriormente le informó a los tenedores de deuda de Stoneway, lo que afectó inmediatamente la cotización de los bonos.

De acuerdo al reclamo de Stoneway, el banco estadounidense "jamás criticó el comportamiento" de la empresa alemana. Para iniciar el reclamo, la energética contrató al conocido abogado de Donald Trump, Marc Kasowitz, y presentó una denuncia ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos.

"La conducta del BNY Mellon es indignante", expusieron en la carta enviada a la SEC.

Cabe destacar que luego del conflicto, los bonos de Stoneway cayeron por debajo de 50 centavos por dólar a fines de octubre. La caída es marcada: en agosto, las acciones de la energética estaban 98 centavos por dólar. La última semana cerraron a un valor de 54,75 centavos por dólar.

Siemens, nuevamente investigada

No será la primera vez que la agencia encargada de regular el mercado financiero de los Estados Unidos recibe una denuncia contra Siemens. Tiempo atrás, la firma alemana fue sancionada por la SEC con una multa de 800 millones de dólares.

La comisión de valores la encontró responsable de "violar el Acta de Prácticas de Corrupción en el Extranjero".

Entre los casos sancionados está el recordado soborno a funcionarios argentinos a fines de la década de 1990 para ganar un contrato de fabricación de documentos de identidad. Años después, los propios ejecutivos de la empresa terminaron confesando la coima a los empleados argentinos.