Ya pasaron varios días de la derrota de Independiente ante el Gremio de Porto Alegre en la Recopa Sudamericana. Sin embargo, hay un triunfo que puede llegar a ser más importante que el deportivo, si es que puede capitalizarse y aprovecharse. La institución se reencontró con su identidad. Y este concepto, que el triunfalista seguramente interpretará como un lugar común, una frase forzada, es realmente sustancial en la actualidad del club.

Esta conclusión quizás tenga, para muchos, un abordaje en exceso optimista. Es probable que estén en lo cierto. Es un ejercicio por demás entusiasta encontrar los argumentos positivos de una derrota en una final. Para este Independiente, la caída ante el Gremio dejó confirmaciones que son tan importantes como el título en si.

Independiente volvió a ser. El equipo de Ariel Holan - principal y máximo responsable de este resurgimiento internacional - cayó ante el Gremio jugando ambas finales con un jugador menos - Gigliotti y Amorebieta, ambos expulsados tras la utilización del polémico VAR -, pero el campeón de América debió superar los dos partidos, el alargue y llegar hasta el último penal para quedarse con el título. Pese a todas las adversidades, el Rojo volvió a calzarse su mejor ropa: la del Orgullo Nacional.

Orgullo por la deportividad, por la honestidad en la búsqueda y el respeto por un estilo. Por la convicción en las formas. Porque, pese a la caída, no hay reproches posibles. Y porque, una vez más, ante la atenta mirada de todo América volvió a explicarle a más de uno que Rey de Copas no tiene que ver con una cuestión numérica, sino con lo identitario. Este es el Independiente que más tiene que ver con Independiente en los últimos 30 años. Juega, como dice su himno, con pierna fuerte y templada.

"Siento orgullo de mi plantel y de nuestros hinchas. Todavía no son conscientes de lo importante que es su apoyo para este grupo de jugadores", aseguró Holan en la conferencia de prensa del último domingo, tras el triunfo ante Banfield por la Superliga. Desde el inicio, cuando el equipo hizo su característico saludo - por el cual la CONMEBOL quiere sancionar al club en una resolución ridícula - hasta que finalizó el encuentro hubo palmas desde los cuatro costados, banderas de agradecimiento y un mensaje optimista de cara a lo que se viene. Acá está Independiente, de cara a una nueva Copa Libertadores. Allá va, en busca de lo que es suyo por mandato histórico.