Cada un puñado de meses Apple realiza eventos donde hace algunos anuncios importantes. A veces tienen que ver con el iPad número 70 que lanzan, otras con los sistemas operativos de sus computadoras pero lo que más nos interesa a todos es ver qué hacen en materia de celulares. Esta semana la empresa liderada por Tim Cook presentó la nueva línea de iPhones y honestamente no sacudió la industria ni generó ningún cambio de paradigma. Esta vez no tuvieron “coraje” como para sacar el jack del auricular ni nada por el estilo, más bien siguen marcando el rumbo comenzado el año pasado cuando lanzaron el iPhone X, se liberaron del botón de “home” e impusieron la moda del “notch”, esta barrita en el medio de la parte superior de la pantalla que le permite extenderla hasta el límite (que estéticamente sigue siendo horrible). 

Lo primero que presentaron fue el nuevo Apple Watch 4. En nuestro país no hemos tenido un “boom” de relojes inteligentes y de hecho seguimos sin saber realmente para qué los queremos, pero si alguna vez te pensás comprar uno deberías saber qué trae. Ahora vienen en dos tamaños: 40 y 44 milímetros. Una de las novedades es que tienen una resolución de 384x480 pixels, lo que insólitamente es más que la resolución del iPhone original. La pantalla termina siendo un 30% más grande que la original y también se redujo el marco del reloj. Por supuesto que es más potente y que está hecho con materiales incluso mejores que antes. Continúa el énfasis por controlar actividades físicas y ahora incluso existe la posibilidad de hacer un electrocardiograma. Trae una de esas funciones que nos fascinan tanto como también nos dan miedo: me refiero al hecho de que cuenta con un giroscopio que le permite detectar una caída, además en caso de una emergencia puede avisar a nuestros contacto si nosotros la confirmamos. Sale a la venta el 21 de septiembre y saldrá a un precio de $399 dólares para el modelo de 40 mm y $499 dólares para el de 44 mm. Barato no es, eso está claro.

Pero el plato fuerte de esta presentación fueron los nuevos iPhone. Los dos primeros son los conocidos como XS y XS Max. Básicamente son iguales en especificaciones técnicas pero cambian su tamaño. El XS cuenta con una pantalla de 5.8 pulgadas, en cambio el XS Max es una zapatilla en tu mano de 6.5 pulgadas. Lo lindo es que en el tamaño que sea ambos tienen un display Super Retina OLED, que si no sabés qué significa exactamente no te preocupes, lo importante es que tiene un brillo único y una amplitud y una precisión de colores increíble. Si se te cae al inodoro, tranquilo que estos nuevos iPhone puede ser sumergidos hasta 30 metros y aguantan media hora en esas condiciones. Cuentan con un chip nuevo llamado A12 que hace que cualquier aplicación vuele y que todo el procesamiento del celular sea lo más veloz posible. 

Aunque seamos sinceros, la función más importante de un celular hoy por hoy es su cámara y cuán bien nos hace quedar en Instagram. Bueno, estos iPhone en ese aspecto también traen varias mejoras. Cuentan con una cámara frontal de 7 megapixels y una cámara principal doble de 12 megapixels. También traen un sensor HDR inteligente que básicamente hace que tus fotos sean menos borrosas cuando intentás capturar situaciones en movimiento. Una función muy copada que trae la cámara del XS y el XS Max es la posibilidad de ajustar la profundidad de campo de manera manual una vez que ya hemos sacado la foto. En cuanto a la batería no hay mucha diferencia con respecto al X, sólo ganan entre 30 minutos y una hora de funcionamiento extra. La última novedad tiene que ver con el hecho de que finalmente tienen soporte para una SIM doble. 

Tanto el iPhone XS como el XS Max saldrán a la venta el 21 de septiembre de este año a $999 dólares para el XS con 64GB de almacenamiento y a $1099 dólares para el XS Max también con ese tamaño de memoria. No hagas la conversión a pesos si no querés llorar…

El último anuncio del evento pudo haber sido una verdadera bomba pero terminó siendo una nueva falta de tacto por parte de Apple y cómo sus elevadísimos precios quedan en evidencia cuando presentan como alternativa económica al modelo XR. En teoría, esto vendría a ser un iPhone “barato”, pero de eso no tiene nada. Sale $750 dólares y llegará para el 26 de octubre. Por supuesta que la baja de precio no viene sola; tiene una pantalla de 6.1 pulgadas pero con aquel material que separa a la pantalla del resto del celular un poco más grueso de lo habitual. Más allá de eso una de las principales diferencias es que tiene un display LCD que Apple da a llamar “Liquid Retina”, un nombre muy marketinero que no termina de esconder la inferior calidad de la pantalla. La buena noticia es que tiene el mismo chip que el XS y el XS Max y que al igual que esos modelo tampoco tiene un botón “home”. Por lo tanto la manera de desbloquearlo es con el ya infame Face ID, es decir, con tu cara. 

Así queda entonces el panorama de Apple para lo que queda de 2018 en materia de celulares. Los XS y XS Max pasan a ser la gama alta de la compañía y a pesar de su elevado precio son unos aparatos bestiales que traen novedades que no sabíamos que necesitábamos, pero que ahora queremos a toda costa. El XR parece más una oportunidad desperdiciada que una verdadera opción económica; por el mismo precio no es difícil encontrar en el mercado aparatos superiores en todo sentido. Por supuesto que todavía no hay confirmación de cuándo o si alguna vez llegarán al país, pero cuando eso suceda ni quiero saber cuánto nos puede costar.