Luego de la reunión con los presidentes Daniel Angelici, de Boca, y Rodolfo D’Onofrio, de River, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, ratificó su postura de que la Copa Libertadores se defina en la cancha y sostuvo que el partido de vuelta se jugará el sábado 8 o el domingo 9 de diciembre. Sin embargo, remarcó que la decisión final corre por cuenta del Tribunal de Disciplina de la entidad, que deberá fallar a favor o en contra de la petición que presentaron las autoridades de Boca, quienes pidieron la descalificación de River de la competición. En tanto, advirtió -a días de la Cumbre de Líderes del G20- que no están dadas las condiciones para que el partido se dispute en Argentina.

Si se juega, el partido se va a jugar el sábado 8 o el domingo 9 de diciembre”, postuló Domínguez en conferencia de prensa, después de reunirse con los dirigentes de ambos equipos. En tanto, el dirigente sudamericano manifestó que la reunión con Angelici y D’Onofrio “fue muy amena”.

Más allá de la decisión que tome el Tribunal de Disciplina que preside Eduardo Gross Brown, es oficial que el Monumental no será la sede del partido de vuelta. En su lugar, gana fuerza la idea de que el partido se dispute en Asunción de Paraguay.

Minutos más tarde de la conferencia de Domínguez, Angelici también ratificó su postura ante los micrófonos. El presidente de Boca remarcó que agotará todas las instancias de apelación necesarias para que River sea descalificado de la competición y, por ende, su club sea declarado campeón sin disputar el partido de vuelta. Sin embargo, también dejó entrever que el equipo se presentará a jugar en caso de que su pedido no sea acatado por las autoridades de la entidad sudamericana.

"No vamos a jugar ningún partido hasta que el Tribunal de Disciplina se expida. Una vez que tengamos esos argumentos los leeremos, y si no estamos de acuerdo, iremos al tribunal de apelaciones en primer y en segunda instancia. Y si tenemos que ir al TAS, iremos al TAS", dijo el presidente de Boca