A tres día de haber asumido la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro anunció una serie de medidas muy controversiales. Algunas de ellas, recuerdan a las tomados por el gobierno de Mauricio Macri en sus inicios: despido de empleados públicos, modificación de estatutos para que ingresen empleados que no cumplen con los requisitos y achique ministerial. 

El primer mandatario del gigante del Sur, decidió reducir su gabinete de 29 a 22 ministerios y eliminó las carteras de Trabajo, Cultura, Deportes, Seguridad Pública, Industria, Comercio Exterior y Servicios; y Transportes, Puertos y Aviación Civil; que pasaron a ser secretarias o a depender de otros ministerios. A pesar de que no sucedió al principio de su gobierno, durante el 2018, Macri bajó los ministerios de 21 a 10. Cabe aclarar que en sus primeros meses como presidente aumentó las carteras que eran 16.

Aunque no se trata exactamente del mismo caso, Bolsonaro permitió que el Ministerio de Relaciones Exteriores modifique su régimen administrativo para que a la jefatura puedan asumir personas que no pertenecen al cuerpo diplomático. En Argentina, el Gobierno nacional modificó por decreto el reglamento de la Oficina Anticorrupción que establecía que solo abogados podían estar al frente del organismo. Laura Alonso, su actual titular, es licenciada en Ciencia Política. 

El flamante Jefe de Ministros brasileño despidió a alrededor de 320 empleados de su sector, que pasarán por entrevistas en las que podrán ser recontratados o nuevamente expulsados si el Gobierno de Lula Da Silva fue el responsable de su empleo. La diferencia con el gobierno de Macri radica en que los despidos públicos se extendieron a todas las áreas del Estado que a junio de 2016 representaba un total de 10.662 trabajadores. 

Más shock que gradualismo 

A pesar de que muchas de las medidas realizadas por el presidente brasileño fueron similares a las que tomó su par de Argentina, la mayoría de ellas son mucho más graves y suponen un retroceso muy grande en la pérdida de derechos de la ciudadanía. 

Por un lado la Fundación Nacional del Indio (Funai), que dependía de la cartera de Justicia pasó a formar parte del nuevo Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos. Pero por otro, todo lo relacionado con los derechos de la tierra ocupado por las comunidades originarias, pasará al Ministerio de Agricultura. 

El Ministerio de la Mujer también tendrá bajo su gerencia a la Comisión de Amnistía que antes dependía de la cartera de Justicia y cuyo trabajo se relaciona con generar políticas de reparación para las víctimas de la última dictadura militar. Además, en sintonía con los dichos expresados el día de su asunción, Bolsonaro decidió excluir a la comunidad LGBT de las políticas y programas de derechos humanos. 

La mayoría de las medidas tomadas por Bolsonaro resultan mucho más graves que las realizadas por Macri y suponen un retroceso importante en la pérdida de derechos de la ciudadanía.

La Secretaría de Gobierno deberá controlar todas las acciones y actividades de organismo internacionales y no gubernamentales que se encuentren en Brasil. Una medida apuntada a limitar las acciones de la sociedad civil. 

Por último, una casi buena noticia: Bolsonaro aumentó en 44 reales el salario mínimo que pasó de 954 a 998 reales, aunque no alcanzó los 1006 reales prometidos durante la campaña.