La noticia sobre la detención del ex presidente de Brasil, Ignacio Lula Da Silva, generó una fuerte conmoción y acaparó las primeras planas de todos los diarios del mundo. En Brasil, la grieta está más fuerte que nunca y los periodistas del país vecino advierten un "quiebre en el sistema democrático” y anticipan un escándalo si finalmente el ex mandatario termina tras las rejas.

La noticia paralizó a los seguidores de Lula, que realizan una especie de acampe en las ciudades más importantes para manifestar su rechazo a la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil, que le dio hasta las 17 hs para entregarse. ¿Caso contrario? La Policía deberá ir a buscarlo a la fuerza.

Desde el espacio político de Lula (Partido Trabajador), condenado por supuesta corrupción y lavado de dinero, insisten en que el argumento más firme para ir contra Lula y su candidatura presidencial, con apoyo y buenos números en las encuestas.

Las próximas horas serán cruciales y el mundo vuelca los ojos en Brasil, una de las grandes potencias económicas. Por ahora, el tiempo corre y el horizonte de Lula será tras las rejas, aunque miles de personas continuarán en las calles en un país que está paralizado y sin reacción. El ex mandatario pasó la noche en el sindacto de los metalúrgicos, escenario que le sirvió como plataforma electoral en su anterior detención, en 1980.

Atención en la Argentina

En Argentina, en tanto, el mundo de la política no está para nada ajeno a la situación en Brasil. El Gobierno, lejos de salir a apoyar al ex mandatario brasilero, eligió el silencio sobre la situación del país vecino y aseguraron, por lo bajo, que la Justicia "debe actuar sin presiones”.

En cambio, la oposición, más específicamente el kirchnerismo, salió a bancar a Lula a través de las redes sociales. El ex ministro de Planificación, Julio De Vido, el titular del bloque del Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi, fueron algunos de los dirigentes de peso que salieron en las últimas horas a expresar su preocupación por la situación en Brasil.

También apareció la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. "Lula va a ganar las próximas elecciones presidenciales y las elites del poder, a las que nunca les interesó ni la justicia ni la democracia, utilizan el aparato judicial para su proscripción”, afirmó desde su cuenta de Twitter, y le envió "todo el afecto”.

Otro que salió públicamente a marcar su desacuerdo con el arresto y brindar toda su solidaridad es Diego Maradona. "Es una locura. El pueblo brasileño no puede soportar que un tipo honesto como Lula ahora sea el corrupto número uno. El traidor de Temer ahora es el juguetito de Donald Trump”, lanzó el astro del fútbol.

Al margen de la coyuntura política, en Argentina siguen de cerca lo que pueda suceder en Brasil y el ex presidente, aclamado por miles y rechazado por otros. El impacto que pueda generar su detención puede provocar coletazos en la economía del país sudamericano y generar un efecto dominó en aquellos países que tengan una estrecha relación comercial.

En la Casa Rosada consideran que una posible detención de Lula sería el escenario ideal para Mauricio Macri para apuntar a ser uno de los referentes con más peso en América del Sur.