El Gobierno lanzó el plan de Cobertura Universal de Salud (CUS) ¿Ampliación de la accesibilidad o privatización de un derecho histórico? A pesar de que los datos oficiales parecen indicar que el proyecto beneficiará a 15 millones de argentinos que se atienden en hospitales públicos, la oposición afirma que “la gente va a tener que pagar por servicios que hasta ahora no pagaba”.

Entre los beneficios destacan que los pacientes tendrán un médico de cabecera, historia clínica digitalizada (y accesible desde todo el país), la posibilidad de sacar turnos tanto de modo telefónico como online y una conexión total entre los profesionales de cada Municipio con los hospitales de alta complejidad de Buenos Aires. Pero (y nada de lo que se diga antes de la palabra “pero”, cuenta realmente), del otro lado del mostrador, el ex Ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, señala que la idea es que “se duplique el gasto de bolsillo” con el apoyo de los grandes laboratorios. La inversión inicial es de $9.305 millones, lo cual implica menos de 55 pesos para cada usuario del nuevo plan.

Aunque desde 1946 el sistema de salud es universal y gratuito, con el CUS “la gente va a tener que pagar por servicios que antes no pagaba. Van a dar una credencial y van acceder a una canasta básica de prestaciones. Hasta determinado límite, te paga el Estado. No está definido, pero ya de por sí se pone un límite. Con el sistema actual no hay límite. Los tratamientos de alto costo, oncológicos, reumatológicos o hepatitis… todo lo que hasta hoy en día es gratuito, se empezará a pagar”, sostiene Gollán que augura una “catarata de juicios” y compara la debacle que se generará en el sistema con la destrucción del sistema público de Colombia hace 24 años.