El encuentro entre Alberto Fernández y Martín Lousteau el viernes pasado en la Quinta de Olivos para intercambiar miradas sobre la situación del proyecto de modificación de la Justicia "no fue secreto", aclaran desde el radicalismo.

Sin embargo, al interior del PRO y los sectores más duros de la oposición como Patricia Bullrich aseguran que no estaban al tanto de la reunión. La visita del exministro desentonó con la estrategia fijada en la reunión de cúpula de Juntos por el Cambio que definió el rechazo a la iniciativa oficial.

Respecto de la postura del jefe de gobierno porteño, hay versiones cruzadas: el pedido de Lousteau se alinea con la posición que hizo pública Larreta para alcanzar un acuerdo con el oficialismo alrededor del proyecto y, en esa lectura, la jugada del radical le da aire al sector dialoguista.

No obstante, el jefe de gobierno habría recibido con cierto disgusto la información del encuentro en Olivos. El asunto, obviamente, permite análisis variados y hasta contradictorios.

Uno de ellos es que el radical avanza en posicionarse como un referente nacional de la oposición -con juego propio en la Provincia de Buenos Aires- para aspirar a la presidencia en 2023. Esa posibilidad es la que inquieta a Larreta.

Otra, más beneficiosa, interpreta la presión de Lousteau sobre el jefe de gobierno porteño como la forma de asegurarse su respaldo en la Ciudad (cuando Horacio decida ir por la candidatura presidencial).

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Así las cosas, los debates y cruces entre halcones y palomas no ceden y prometen reavivarse con las movilizaciones convocadas contra el tratamiento de la reforma judicial en el Senado.