Mientras el peronismo a duras penas busca rearmarse para las elecciones del año que viene y se esfuerza por respirar, Mauricio Macri y su equipo salen a comerse la cancha en busca de la reelección.

"Hay 2019" fue el lema que logró juntar a un sector del peronismo cercano al kirchnerismo y flamantes nuevos aliados como el camionero Hugo Moyano, todos juntos en San Luis convocados por el gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saá. Una foto totalmente impensada hasta hace 2 años. El encuentro entre referentes peronistas es el punto de partida de un frente más amplio, que tendrá una agenda común para recuperar el Gobierno el año que viene.

Sin embargo, del encuentro no participaron ni el sector que responde al ex diputado Sergio Massa ni al ex candidato a diputado del peronismo bonaerense en 2017, Florencio Randazzo, quienes dejaron saber que ya se encuentran negociando el armado de un nuevo espacio para la provincia de Buenos Aires.

Por otro lado, la oposición responsable nucleada en el pool de siembra del peronismo federal, busca lanzar su propio frente liderados por (atención): el senador siempre oficialista Miguel Ángel Pichetto, el marido de Isabel Macedo y gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, junto al traficante de sanguchitos de miga de la cámara baja, Diego nunca fuí kirchnerista Bossio. En la remisería no descartan que sean convocados más coches.

Tres espacios peronistas son la mejor noticia para Mauricio Macri, ya que la fragmentación de la oposición favorece a su plan de reelección.

Tres espacios peronistas para las elecciones del 2019 es la mejor noticia que puede recibir el presidente Mauricio Macri, ya que la fragmentación del espacio más importante de la oposición favorece a su plan de reelección. El peor escenario para el oficialismo sería tener que enfrentar una gran PASO opositora dentro del peronismo, algo que hoy está muy lejos que suceda. Vienen por todo.

El oficialismo cuenta con otras grandes ventajas: tienen caja, tienen candidatos, cuentan con un relato muy sólido que repiten como un mantra, carpetazos a mano con preventivas para todos, las bases de ANSES para hacer campaña y encima el timbreo. Su particular método de campaña electoral fue relanzado hace dos semanas, menos de seis meses después de la última elección. "Esto es Boca", gritan eufóricos.

Por su parte, el pauperizado sector opositor, siempre amenazado con carpetazos y preventivas por el oficialismo, todavía no tiene candidatos ni un proyecto claro que se presente como opción de gobierno para las próximas elecciones. Eso sí, cuenta con una fuerte crítica sobre la situación socioeconómica del país, pero eso no basta para ganar una elección presidencial ni para juntarlos a todos en una mesa.

Es decir que, por ahora, la oposición peronista se divide en tres espacios pero pueden ser dos, porque los ex ministros kirchneristas podrían sumarse al armado del pool de siembra del peronismo federal, el famoso peronismo de los gobernadores.

El sector peronista más contestatario y cercano a Cristina Kirchner debería recalcular su estrategia, abrir el juego y salir a buscar nuevas adhesiones.

De esta manera, el sector peronista más contestatario y cercano a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner debería recalcular su estrategia, abrir el juego y salir a buscar nuevas adhesiones, perforar la burbuja y evitar la encerrona. Es curioso que el sector con mayor representación electoral del peronismo tenga que atravesar esta situación.

La oposición se encuentra a la deriva en el laberinto del fauno donde varios grupos tratan de encontrar la salida, avanzan, retroceden y se ponen palos en el camino. Mientras tanto, Mauricio Macri se hiperventila y frota sus manos al ver que se acerca al 2019 con el cielo parcialmente despejado.