Los radicales pueden anotarse un poroto a favor. En plena reestructuración de Juntos por el Cambio, ahora como oposición, el cargo del titular de la Auditoría General de la Nación -que por ley le corresponde al primer partido no oficialista- era uno de los puntos centrales a definir.

Los candidatos eran dos: Miguel Ángel Pichetto y Jesús Rodríguez. Y sus apoyos estaban bien definidos. El ex senador peronista tenía la banca del ex presidente Mauricio Macri, quien lo había candidateado ni bien se confirmó la derrota electoral de octubre. Incluso, el fundador del Pro contaba con el apoyo de varios dirigentes de la UCR, entre ellos, Gerardo Morales para designar a Pichetto.

Pero Macri no imaginó que el fuego amigo empezaría tan temprano. En diciembre, otro sector de los radicales había anticipado que esa decisión corría por cuenta del partido centenario, ya que cuenta con más legisladores que el Pro. A la cabeza de ese grupo estaba el diputado y ex gobernador mendocino Alfredo Cornejo, que postulaba la candidatura de Jesús Rodríguez. "Los números son nuestros, al menos por dos diputados más", argumentaban en su despacho.

Ante la disputa técnica sobre el texto de la Constitución -desde el Pro pedían contar diputados por coalición y la UCR por partido- la situación quedaba empantanada para elegir al sustituto de Javier Fernández, quien cumplía con la presidencia interina de la AGN. Incluso, en cada reunión del interbloque, la pelea por la Auditoría subía el tono de la discusión entre amarillos y radicales.

Finalmente, en los últimos días, los números y la postura de Cornejo pesaron más y en las últimas semanas se concluyó que Rodríguez quedará al frente del organismo encargado de revisar las cuentas nacionales.

Designación oficial

En la AGN Fernández "limpió" los cargos para la presidencia, y tanto Cristina Kirchner como Sergio Massa empezaron a pulir el texto para la designación oficial del dirigente radicial.

En el Pro y la UCR, la solución "consensuada" fue que el lugar que ocupaba Rodríguez en la Auditoría General sea para el partido que ahora comanda Patricia Bullrich. Para no quedar "herido", Pichetto salió a decir que se bajaba de la disputa. "No voy a dividir el frente opositor por un cargo. Yo nunca pedí este cargo. Tampoco formaba parte de mi interés ocupar un espacio en la Auditoría", remarcó en diálogo, con La Capital.

También se baraja la posibilidad de un puesto "político" para el ex candidato a vicepresidente de Macri.

Por lo bajo, no son pocos los que en el Congreso comentan que la disputa dejó secuelas entre ambos partidos de la Coalición opositora.