Con el Código Civil y Comercial aún fresco y que entró en vigencia hace menos de tres años, el Gobierno lanzó hoy una comisión que se encargará de reformarlo. El decreto en el Boletín Oficial asegura que se deben realizar "ciertas modificaciones”, algunas reformas e introducir temas que no fueron considerados antes.

El Código Civil fue redactado por una Comisión que se creó específicamente para ello durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner: Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco estuvieron al frente de la redacción junto con Aída Kemelmajer de Carlucci.

Uno de los puntos donde más discusión hubo fue sobre el momento en el cual empieza la vida, la concepción, la implantación, la situación de la fertilización in vitro y donde se dieron las primeras disputas sobre el aborto. Históricamente, ni en el Código Civil ni en la frustrada reforma del Código Penal encarada por Raúl Zaffaroni se trató el tema, ya que se consideraba que debía ser un tema que el Congreso tenía que debatir aparte.

En la Comisión actual (que debe presentar su proyecto en estas semanas) hay posturas encontradas: varios se inclinan por mantener lo actual (interrupciones de embarazos bajo ciertas circunstancias); otros por no permitirlo nunca; y una tercera postura plantea la despenalización del aborto hasta la semana 12 de gestación.

¿Cuáles son los motivos para reformar ahora el Código?

Todo el proyecto reformador, que no deberá tardar más de seis meses, está dentro de "Justicia 2020”, el bebé de Germán Garavano en cuánto a cambios y modificaciones dentro la estructura judicial. Si bien en el decreto sólo se apunta a una actualización, lo cierto es que era uno de los objetivos desde el inicio de la gestión.

La comisión estará integrada por tres abogados civilistas, la encargada del Programa Nacional de Coordinación General de Derecho Privado del Ministerio Agustina Díaz Cordero (hija de la actual presidenta de la Asociación de Magistrados) y otro funcionario que hará de secretario ad-Hoc.

En los pasillos tribunalicios hubo bastante comentario al respecto. Los más prudentes (o cercanos a Cambiemos) sostuvieron que una modificación parcial podría ser beneficiosa, aunque no se supiera aún qué es lo que va a cambiar. Los más críticos señalaban, con sorna, que todavía muchos ni se aprendieron el Código nuevo.