Si hay una empresa que puede hacer realidad el sueño del “Netflix de los videojuegos” es Google o Microsoft. En cuanto al primero, hace un tiempo se había rumoreado que este gigante de la tecnología estaba intentando meterse en el terreno del gaming. Bajo el nombre en código de “Yeti” se nos prometía la posibilidad de jugar a títulos como The Witcher 3, por ejemplo, directamente en una pestaña de Chrome con el juego siendo “streameado” a nuestra computadora. Finalmente lo anunciaron de manera oficial bajo el nombre de “Project Stream” y comenzaron una fase de prueba. Microsoft, por su lado y quizás apurado por el anuncio de Google, confirmó lo que de una u otra manera había anticipado en la pasada E3. Se trata de Project xCloud, con el cual esta empresa promete llevar todos los juegos que estén disponibles en Xbox One a cualquier dispositivo, ya sea un smartphone o una tablet.

Por supuesto que estas noticias despierta entusiasmo; a quién no le gustaría jugar sin tener que descargar nada, jugar sin preocuparte por cómo corre el juego en tu PC o jugar a un último lanzamiento en tu celular con un joystick bluetooth. Pero más allá de lo increíblemente copado que suena algo así, lo primero que hacemos es dudar: qué velocidad de internet voy a necesitar, cuánto van a tardar mis comandos en llegar para no perder precisión, qué juegos van a estar disponibles, cuánto va a costar, etc. 

Los motivos para ilusionarse tienen que ver con la magnitud y la jerarquía de las dos empresas que deciden dar el puntapié inicial en esta movida. Google ha tenido proyectos fallidos, pero no deja de ser una de las compañías más importantes del mundo; Microsoft no tendrá los mejores exclusivos en su consola, pero quién puede dudar de la infraestructura de los responsables del sistema operativo más popular del mundo. 

Esta utopía no es ver gente jugando, no es transmitir un juego por tu cuenta; es que se transmita a tu computadora, celular o tablet el juego y vos con tu control vayas jugándolo como lo hacés siempre en tu consola o PC. El servicio de Google lamentablemente está, por ahora, únicamente disponible en los Estados Unidos y en una fase de prueba para unos pocos afortunados o afortunadas. El requisito es una velocidad de 25 megas a nivel internet, algo que es elevado para nuestro país, pero que de a poco comienza a ser posible. Y si bien no es poco lo que se necesita, el resultado es poder jugar a una resolución de 1080p y a 60 cuadros por segundo; a menos que tu objetivo sea jugar en 4k, esta es una manera ideal de poder disfrutar cualquier juego.

Project xCloud, la propuesta de Microsoft, recién comenzará su testeo en 2019. La idea es básicamente la misma, pero con el foco en celulares y tablets. Según se dio a entender, todos los juegos que estén en Xbox One ya disponibles, podrán formar parte de la iniciativa sin que los desarrolladores tengan que mover un pelo. Las primeras imágenes de xCloud muestran a juegos como Forza Horizon 4 o Halo 5 siendo transmitidos a estos dispositivos móviles. Lo distintivo de este sistema, es que no va a ser obligatorio conectar por un bluetooth un joystick de Xbox o alguno por el estilo, sino que han ideado un sistema de controles touch para poder jugar directamente de esa manera. No será lo más conveniente, pero hay géneros que se pueden adaptar mejor a esa idea, lo que vuelve a xCloud un producto todavía más accesible.

El catálogo de un servicio así es siempre una duda y una de las principales razones por las cuales un usuario decide sumarse o no. Ya sabemos lo que pretende hacer Microsoft aunque no sabemos quiénes se le van a sumar más allá de tener sus juegos propietarios. Sin embargo Google pisó el acelerador de entrada, ya que el juego que utilizan para debutar Project Stream es el flamante Assassin’s Creed Odyssey, un juego que tiene pocos días en el mercado. Esto significa que es una plataforma preparada para ofrecer novedades vía streaming. Este es un diferencial enorme con otros sistemas del estilo como PlayStation Now o incluso una iniciativa argentina como Gloud. En el caso de Sony tenemos muchos juegos de PS4, PS3 y PS2, pero no contamos con novedades. Gloud es un sistema que permite hacer exactamente lo mismo que propone Project Stream (y créanme que funciona bien) pero a una resolución de 720p, 30fps y con juegos que tienen algunos años de antigüedad. En cambio Google parece apuntar a tener los últimos lanzamientos y a correrlos de la mejor manera posible. En el caso del xCloud de Microsoft, todavía no hay información sobre resolución ni cuadros por segundo.

¿Es el streaming el futuro del gaming? Probablemente sí. Si uno presta atención a la industria, todo parece dirigirse hacia allí. No sólo Google y Microsoft ya están trabajando en ello, también Nintendo con la Switch ya experimenta un sistema parecido en Japón donde pagamos por jugar un juego que la consola no puede correr (como Resident Evil 7 o Assassin’s Creed). PlayStation ya lo hacía desde antes con PlayStation Now pero nunca llegó a ser un producto que funcionara del todo bien, ni que tuviera un precio acorde y encima no está disponible en todo el mundo, aunque probablemente tengan planes de llevarlo al siguiente nivel. Además que el gaming se vuelque al streaming puede hacer que se sumen otros competidores de peso como Apple, Amazon o incluso Samsung (ni hablar de lo que puede llegar a pasar a nivel celulares cuando el 5g se estandarice).

Por lo tanto el panorama comienza a dibujarse para que de ahora en más ya no tengamos que instalar nada en nuestras consolas, PCs, smartphones o tablets. Es una forma de jugar igualadora, democratizadora pero que podría traer una complicación gigante para aquellas empresas que fabrican insumos de PC como pueden ser placas de video, por ejemplo. Si yo puedo jugar en una notebook no muy potente a un juego nuevo con los mejores gráficos vía streaming, para qué gastaría miles y miles de pesos en una placa de video que quizás no lo corre tan bien. Siempre estarán los exquisitos que quieren aún más resolución y cuadros por segundo, pero no sé cuánto pesarán a la larga. La comodidad siempre le gana a la exquisitez cuando hablamos de consumo masivo: pasó con la música, con las películas y series y ahora probablemente pase con los videojuegos. Es un proceso que ya hemos visto varias veces como para dudar de que se vuelva a repetir.

Habrá que tener en cuenta otros factores para el éxito de un proyecto como este, por ejemplo aquellos juegos que requieren una precisión extrema (como pueden ser los de pelea) o también aquellos que son íntegramente online. Cómo funcionarán títulos como Overwatch o Fornite en un servicio así es todo un interrogante. Por último está el precio: ¿será una suscripción mensual? ¿pagaremos por cada juego? ¿qué publicadores se sumarán? Son varias las dudas pero la certeza es una sola: Google y Microsoft destaparon la olla de cómo será el futuro de los videojuegos.