Sus miedos, la neurosis y la importancia de la psicología humana: las confesiones que el Papa autorizó a publicar tras su muerte
En las últimas horas salieron a la luz audios de una entrevista de 2018, en la que Francisco recordó, entre otras cosas, sus temores durante la última dictadura militar y el proceso en el que fue electo Sumo Pontífice.
Tras la muerte del papa Francisco salieron a la luz confesiones que el Sumo Pontífice había pedido publicar recién una vez que dejara el plano terrenal. Y así se cumplió: en las últimas horas se dieron a conocer audios de una entrevista realizada en 2018, en la que habló de sus miedos y neurosis, destacó la importancia de la psicología humana y recordó el proceso en el que resultó electo como jefe de la Iglesia católica.
En un diálogo con el periodista Nelson Castro emitido al aire de El Trece, quien antes de llegar al Vaticano fuera conocido por su nombre laico, Jorge Mario Bergoglio, aclaró que nunca se psicoanalizó pero reveló que cuando se desempeñaba como superior provincial de los jesuitas en Argentina (1973-1979) visitó durante seis meses a una psiquiatra que le brindó "explicaciones" y "consejos".
"Era un momento muy difícil porque estaba el tema de la dictadura y todo el problema de rescatar gente", precisó antes de asegurar que "había cosas que no sabía manejar bien". En este sentido, reconoció que "la doctora Rubel", a quien calificó como "una gran mujer", lo ayudó "muchísimo" y sintetizó: "A hondazo limpio me ubicaba".
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Asimismo, Francisco consideró que "todo sacerdote debe saber algo de la psicología humana", ya que "es necesario para pastorear", y subrayó que recurrir a la psiquiatra le sirvió para "clarificar" algunas cuestiones.
"Ciertos miedos que me venían, por ejemplo… Imagínese, llevar escondido en el auto atrás uno, tapado con una frazada y pasar tres controles de Campo de Mayo, desde Buenos Aires a San Miguel", puntualizó el Sumo Pontífice, quien en el pasado había sido vinculado a la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983 la Argentina.
En sintonía con la importancia que le daba a la salud mental, opinó que "hay que cebarle mate a las neurosis, hay que acariciarlas" y remarcó que "son compañeras de toda la vida". Al respecto, sostuvo que "conviene uno saber en dónde le chillan los huesos espirituales, dónde le pica el mate".
También afirmó que a la ansiedad la tenía "bastante domada" y que tuvo "muchas" tristezas tanto por "situaciones de dolor humano" -entre ellos la muerte de sus padres- como por "momentos difíciles históricos" y señaló: "Es cuestión de tiempo antes de que se vaya. El dolor, si uno es auténtico con un sufrimiento tiene que decir 'bueno, estoy sufriendo, decirse la verdad'".
Además, aseguró que no guardaba "rencores" y confesó: "Me arrabbio ('enojo' en italiano), como dicen acá. No, a veces digo 'Pucha, ¿por qué pasó esto? Qué salame' y de ahí no pasa". A continuación, detalló que si algo le disgustaba se callaba "para siempre" o lo enfrentaba, en lugar de "andar chusmeando", porque eso le hacía "daño".
Pese a reconocer sus neurosis, resaltó que durante el proceso en el que resultó electo como Papa sintió "paz" y rememoró sobre la previa de aquel 13 de marzo de 2013: "Me di cuenta que algo pasaba después de las dos primeras (votaciones) de la mañana, en el almuerzo. Porque algunos venían a hablar conmigo, me preguntaban cosas…".
"Rezaba el rosario tranquilo", agregó y continuó: "Terminada la tercera votación de la tarde, en donde ya era evidente que podía pasar, el que tenía al lado, que era el cardenal (Cláudio) Hummes, me dijo 'No te preocupes, el Espíritu Santo actúa así'". Fue el mismo sacerdote el que le pidió que no se olvide "de los pobres" e inspiró, de esa forma, su nombre como Sumo Pontífice al recordarle a San Francisco de Asís.