Este martes, el Parlamento serbio se llenó de humo. Para mostrar su descontento con ciertas medidas del gobierno y solidarizarse con los estudiantes, diputados de la oposición arrojaron bengalas y otros tipos de pirotecnia, y generaron caos en el recinto, ubicado en la ciudad de Belgrado. Debido a los disturbios, tres legisladores fueron heridos.

El video muestra como, en medio del estupor, algunos arrojan bombas de humo y otros sostienen un cartel con una consigna escrita en idioma local que reza "Serbia se ha levantado para que el régimen caiga". Al mismo tiempo, hay dos bengalas encendidas, una de color negro y otra de color rojo. En medio del caos, algunos exhiben banderas de su país.

En Serbia, desde el pasado diciembre que hay facultades tomadas por agrupaciones de estudiantes que exigen un mayor financiamiento. Estaba pactado que este martes se votase en el Parlamento una ley para aumentar el dinero destinado a las universidades, pero desde la oposición aseguraron que la asamblea era ilegal, ya que primero debía confirmarse la renuncia del primer ministro Milos Vucevic.

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Una hora después de que haya comenzado la sesión legislativa, liderada por el Partido Progresista Serbio, algunos diputados comenzaron a manifestarse. Se midieron con los guardias de seguridad, comenzaron a hacer sonar silbatos y desplegaron la pancarta en el medio del recinto.

Allí empezaron los enfrentamientos entre los políticos, y en ese caos fue cuando empezaron a arrojar bombas de humo y bengalas. También lanzaron botellas de agua y huevos, según informó la prensa del país balcánico. Luego de los disturbios, la votación debió suspenderse.

Momentos más tarde, al retomar la sesión, la presidenta del Parlamento, Ana Brnabic, aseguró que la oposición era una "banda terrorista" e informó que la legisladora del SNS Jasmina Obradovic había sufrido un derrame cerebral y se encontraba en estado crítico.

El presidente Vucevic había renunciado en enero, en medio de agitadas protestas. El desencadenante había sido la caída de una cornisa de concreto que mató a 15 personas en una estación de tren del norte del país en noviembre. A pesar de su dimisión, los legisladores debían confirmarla para que tenga validez, algo que todavía no ocurrió. Debido a ello, la oposición argumenta que el gobierno no tiene autoridad para aprobar nuevas leyes.