Pochoclos, piyama y pantuflas: la cronología de Trump vs Musk, la pelea de la que habla el mundo
Nadie, ni el más mal pensado, hubiera imaginado que la relación entre el presidente de Estados Unidos y su hasta hace pocos días multimillonario asesor iba a implosionar de manera tan escandalosa.
"Ahora que mi tiempo programado como empleado especial llega a su fin, quiero dar las gracias a Donald Trump por la oportunidad de reducir el gasto despilfarrador", aseguró Elon Musk el pasado 28 de mayo al confirmar su salida de la Casa Blanca, después de cuatro meses al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un calco del ministerio de Desregulación y Transformación del Estado que en Argentina lidera Federico Sturzenegger.
"Espero seguir siendo amigo y asesor del Presidente", añadió el magnate, mientras el republicano devolvía gentilezas y consideraba "invaluable" la labor que el sudafricano había realizado para aplicarle la motosierra a la burocracia y al gasto federal.
Nadie, ni el más mal pensado, imaginó entonces que la relación entre estos dos pesos pesados iba a implosionar de la manera en que lo hizo en los últimos días, en los que se cruzaron durísimas acusaciones y se transformaron en ineludible tema de conversación no solo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo.
¿Cómo pasaron de "amigos" a "enemigos"? El 3 de junio, el dueño de Tesla y de X, entre otras empresas, un ferviente defensor de Trump y asiduo caminante de la Casa Blanca, publicó en su exTwitter un posteo lapidario: "El enorme, escandaloso y desmesurado proyecto de Ley de Gastos del Congreso es una repugnante abominación".
Un día después, redobló la apuesta al considerar que esa iniciativa "derrotaría todos los ahorros de costos logrados" por el DOGE.
Horas más tarde, llegó la primera réplica de quien en enero pasado asumió por segunda vez como presidente de Estados Unidos, quien reposteó en su red social (Truth Social) el mensaje de despedida de Musk en el que le agradecía por la oportunidad de haber trabajado a su lado.
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Lejos de detenerse, la disputa fue en aumento y tomando cada vez más temperatura. El 5 de junio, el nacido en Pretoria hace 53 años compartió una publicación en la que el usuario @jason afirmaba que la "mayoría" de los votantes republicanos quería que se "redujera" el proyecto de Ley de Presupuesto. "Sí", le adosó el poderoso empresario.
Y fue por más: minutos después, recordó otra en la que el número uno del Ejecutivo criticaba a los legisladores republicanos por elevar el techo de la deuda. "Sabias palabras", le añadió.
No conforme con ello, reforzó su irónica crítica al repostear otra "máxima" en la que Trump señalaba que "ningún miembro del Congreso debería ser elegible para la reelección", si el presupuesto estadounidense no está equilibrado. "Estoy totalmente de acuerdo", lo apoyó.
El mandatario explotó y salió con los tapones de punta. "Estoy muy decepcionado de Elon. Él y yo teníamos una excelente relación. No sé si la tendremos", declaró a los periodistas en el Despacho Oval.
A partir de allí, el también dueño de SpaceX lanzó, en un lapso de un par de horas, una catarata interminable de tuits, muchos de ellos cargados de sarcasmo. "Slim beautiful bill for the win (Un proyecto de ley delgado y hermoso para la victoria)", subrayó el primero, seguido de otro en el que indicó que apoyaría un proyecto de ley "simple" que incluyera recortes a los incentivos para vehículos eléctricos.
Después, rebatió una afirmación de Trump que rezaba que Musk había revisado el proyecto de Ley de Presupuesto. "Falso. No lo vi ni una sola vez", puntualizó antes de considerar -en publicaciones sucesivas- que, sin él, el republicano hubiera perdido las elecciones; de exclamar "¡Qué ingratitud!"; de recordar un mensaje en el que el mandatario decía que nunca había recibido pedidos suyos; y de calcular que la iniciativa gubernamental aumentaría el déficit del país a USD 2,5 billones.
Y siguió. "Kill Bill", publicó luego, en un juego de palabras entre el nombre de la película y "matar el proyecto de ley", después de lo cual organizó una encuesta para preguntar a sus seguidores si el país necesitaba un nuevo partido político. El 80,4% respondió afirmativamente, mientras que el 19,6% se manifestó en sentido contrario.
Apenas minutos más tarde, posteó que Tesla no dependía de los subsidios para vehículos eléctricos, vaticinó que a Trump le quedaban "3,5 años como Presidente", mientras que él seguiría "en el cargo más de 40 años", y cuestionó al titular de la Cámara de Representantes ("¿Dónde está el Mike Johnson de 2023, que expresaba su preocupación por la deuda nacional de Estados Unidos?"), además de sentenciar que el Congreso está "llevando al país a la bancarrota con su gasto".
Recién entonces, el neoyorquino metió su siguiente bocadillo y, en Truth Social, le pidió a Musk que abandonara la administración y le quitó su "mandato de vehículos eléctricos", tras lo cual alegó que su excolaborador "¡se volvió loco!". Acto seguido, Trump afirmó que su Gobierno podría ahorrar miles de millones de dólares en su presupuesto si rescindiera los contratos y subsidios otorgados a las empresas del sudafricano, quien, a su vez, lo refutó al negar irónicamente que el "gran y hermoso proyecto de ley" estuviera relacionado con los vehículos eléctricos.
Veintidós minutos después, los tuits del exfuncionario mutaron a un misil. "Es hora de lanzar la gran bomba: Donald Trump está en los archivos de Jeffrey Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!", disparó al aludir al financista que ¿se suicidó? en 2019 en una prisión de Nueva York, donde cumplía su condena por tentar a la prostitución a adolescentes y al que se acusó además de liderar una red de tráfico de menores. "Guarda esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz", cerró Musk.
Después de que Trump se quejara del momento "inoportuno" para la pelea entre ambos, el magnate tecnológico volvió a arremeter y amenazó con desmantelar la nave "SpaceX Dragon" que trajo de regreso a los astronautas de la NASA desde la Estación Espacial Internacional, coincidió con un usuario que pedía juicio político para el sucesor de Joe Biden y, mientras las acciones de Tesla se desplomaban en Wall Street, emitió otra durísima sentencia: "Los aranceles del Presidente causarán una recesión".
Subido definitivamente a una de sus naves espaciales, compartió más tarde un video de una fiesta de Epstein en el que se veía, bailando y rodeado de mujeres, a un Trump joven y sonriente, al que le estampó un emoji de una ceja levantada.
Casi una hora después, la espuma empezó a bajar. Con el mensaje "Bill Ackman no se equivoca", apoyó una publicación de este multimillonario inversionista que los instaba a "hacer las paces", y se retractó de su amenaza de desarmar "SpaceX Dragon".
El viernes, las aguas se tranquilizaron, pese a que, mientras las acciones de Tesla repuntaban, el republicano declaraba en una entrevista con CNN que no pensaba en Musk y que ni siquiera tenía interés en hablar con él. A bordo del Air Force One, comentó con tono piadoso: "Elon tiene un problema. Espero que le vaya bien".
Este sábado, finalmente, el pretoriano borró de X el mensaje en el que vinculaba a Trump con Epstein. Y las redes sociales valoraron el gesto. No sabían que el septuagenario gobernante renovaría la disputa con una amenaza, al advertirle a su exasesor que "pagará muy caro" si "financia a candidatos demócratas". ¿Habrá fumata blanca o seguirá el culebrón? Nadie lo sabe. Solo existe una certeza: el planeta habló de ellos.