La elección del estadounidense Robert Prevost como nuevo Papa provocó una emoción inconmensurable entre los fieles católicos de todo el mundo, pero también generó sorpresa, al no ser uno de los cardenales con mayor renombre para liderar la Iglesia católica. Sin embargo, en el marco del cónclave emergió como la figura de consenso, desplazó del primer lugar al italiano Pietro Parolin y cosechó en la última votación el apoyo de más de 100 de sus pares.

De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, en la primera tanda de elección, Parolin, secretario de Estado del Vaticano durante el Pontificado de Francisco y gran favorito en la previa, obtuvo entre 40 y 50 votos, mientras que su par filipino Luis Antonio Tagle, un número levemente menor. 

Según altas fuentes eclesiásticas, ambos cardenales mantuvieron una reunión en Santa Marta en la noche posterior a la inauguración del cónclave en la Capilla Sixtina y acordaron apostar por un vía fuera de los principales candidatos en caso de no resolverse la disputa. En ese contexto, el prelado nacido en Chicago, pero también con nacionalidad peruana, tuvo un importante crecimiento en la segunda y tercera elección.

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Prevost reveló por qué eligió León XIV como su nombre pontificio (Video: Vaticano).

"Hubo un gran movimiento en el segundo día dentro de los cardenales que estábamos allí", explicó el prelado estadounidense Robert Walter McElroy en una conferencia de prensa brindada este sábado junto a sus pares en el Colegio Norteamericano de Roma.

"De alguna manera, la votación es como ver cómo se mueven los glaciares... Pero los glaciares bajo estrés se mueven más rápido", indicó, por su parte, el también estadounidense Joseph William Tobin. 

Prevost comenzó a considerarse como un figura más que potable con el apoyo de los norteamericanos, latinoamericanos y europeos progresistas, al mismo tiempo que se desvanecía el bloque conservador. Su crecimiento, paralelamente, coincidió con un proceso de desgaste de Parolin.

Según lo informado por una fuente a TN, el italiano no quería ser papa y rechazaba el cargo en las diferentes reuniones íntimas. Su relación con el argentino Jorge Bergoglio no había finalizado de la mejor forma e, incluso, el Sumo Pontífice lo consideraba un "traidor". "Este fue el cónclave que hubiera soñado Francisco. Y Robert Prevost es el Papa que él hubiera querido", aseveró.

En este escenario complejo, el purpurado de 69 años que ejerció buena parte de su carrera pastoral en la ciudad peruana de Chiclayo acumuló consenso y se llevó en la cuarta votación una cantidad de votos muy superior a los 89 necesarios para convertirse en el nuevo líder de la Iglesia católica. Tras ser elegido, optó por León XIV como su nombre pontificio. 

"Hay varias razones, pero la principal es porque León XIII, con la histórica Encíclica Rerum Novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial", explicó este sábado en su primera audiencia como nuevo Santo Padre.