Una carta que Álvaro Levya, excanciller colombiano, le dedicó al presidente Gustavo Petro, a quien acusó de ser "adicto a las drogas", generó una verdadero escándalo político a nivel local. "Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción", manifestó.

"Momentos embarazosos para mí como persona y como su canciller. Y mucho más cuando supe dónde había estado. Me apena decirlo hoy -tarde ciertamente-, pero por esa época ya tenía conocimiento de episodios suyos de similar comportamiento", expresó en el documento difundido por él mismo este miércoles.

El exministro de Relaciones Exteriores señaló que los episodios le generaron "desazón y desconcierto", y recordó una ocasión en particular, durante un viaje a la capital de Francia. "Usted se desapareció dos días en París durante una visita oficial. Como si la inteligencia francesa fuera incompetente como para no haber conocido su paradero", aseveró.

TE PODRÍA INTERESAR: Sus miedos, la neurosis y la importancia de la psicología humana: las confesiones que el Papa autorizó a publicar tras su muerte 

A su vez, relató que el número uno del Ejecutivo colombiano tuvo "desapariciones", "llegadas tarde, inaceptables incumplimientos, viajes carentes de sentido, frases incoherentes, cuestionadas compañías según algunos y otros descuidos".

Además, reveló que Petro atraviesa "tiempos de soledad", ansiedad, depresión y "otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo". 

"Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente. Guardo en mi interior la pena de no haber intentado extenderle la mano. Lo cierto es que nunca se rehusó usted. Es así. Su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar", agregó.

Horas después de conocerse públicamente la carta, el presidente de Colombia indicó vía X que se volvió un "pecado" el hecho de estar con su familia y comentó que tiene "pocas oportunidades de verla" por vivir varios de sus hijos en el extranjero y por la persecución que, desde su punta de vista, sufren. "No creí que ese hecho desatara suspicacias atroces en personas a las que les he dado la mano", concluyó, en referencia a lo manifestado por Levya.