Mientras se intensifica la guerra comercial y se espera un contacto telefónico entre Estados Unidos y China, Donald Trump confesó en las últimas horas su admiración por su par del gigante asiático, Xi Jinping, aunque advirtió que "es muy duro" negociar con él.

Así lo manifestó el mandatario de la nación norteamericana en su red Truth Social, en coincidencia con el aumento de aranceles al acero y al aluminio para todos los países que importen esos metales a su territorio, a excepción del Reino Unido.

"Me gusta el Presidente Xi de China, siempre me ha gustado y siempre me gustará, pero es muy duro y extremadamente difícil llegar a un trato con él", fueron las palabras que el líder del Partido Republicano esbozó en esa plataforma.

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Sus declaraciones se dan en medio de un aumento de la tensión en las relaciones entre ambos países, luego de que Washington acusara días atrás a Beijing de incumplir un acuerdo alcanzado a principios de mayo para reducir de forma provisoria los aranceles recíprocos.

En respuesta, el gobierno del país asiático le achacó a Estados Unidos haber violado los compromisos asumidos en Suiza respecto de bajar los gravámenes un 115% y consideró las nuevas restricciones -entre ellas, la cancelación de visados a estudiantes chinos- como medidas de "supresión extrema".

En tanto, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que para "esta semana" está prevista una comunicación telefónica entre Trump y Xi Jinping. El objetivo de esa llamada sería reactivar las negociaciones comerciales luego de los recientes cruces.

"Habrá una conversación de líder a líder muy pronto", aseguró la portavoz durante una rueda de prensa y destacó que el estadounidense "tiene una buena relación" con su homólogo. Sin embargo, desde la otra parte no hubo una confirmación oficial.