El mensaje de Francisco en su última aparición pública: "No puede haber paz sin libertad de religión"
El Sumo Pontífice denunció "el creciente clima de antisemitismo" en "todo el mundo", y pidió que "cese el fuego" en Gaza durante el discurso pascual. Había permanecido en silla de ruedas y debió continuar la lectura un colaborador.
Luego de haber padecido una neumonía bilateral por la que tuvo que estar internado más de un mes y que deterioró su salud al punto de producirle la muerte este lunes por la mañana, el papa Francisco brindó en la víspera su último mensaje al mundo. En el Domingo de Resurrección -el evento más importante de la Iglesia católica- se había presentado en el balcón de la basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición "Urbi et Orbi", en la que aseveró: "No puede haber paz sin libertad de religión".
En medio de una gran expectativa por su presencia, el Sumo Pontífice les había deseado a los fieles del mundo "Felices Pascuas". Nada hacía pensar que a la mañana siguiente el mundo amanecería con la noticia de su fallecimiento, a los 88 años, producto de un paro cardíaco mientras dormía.
"Quisiera que desde el Santo Sepulcro se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero", pidió ante una multitud de 35.000 fieles congregados en la plaza, luego de la misa pascual.
El líder católico había permanecido en silla de ruedas y, tras unas palabras, debió continuar un colaborador, el maestro de ceremonias, Diego Ravelli, ya que se encontraba débil y con problemas en su voz. En el discurso oficial, Francisco denunció "el creciente clima de antisemitismo" en "todo el mundo", y pidió que "cese el fuego" en Gaza.
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"No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás", afirmó Francisco en relación a la "dramática e indigna crisis humanitaria" en Medio Oriente.
Asimismo, pidió a "las partes beligerantes" que se "liberen a los rehenes y se preste ayuda a la gente, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz". Así, manifestó que se siente "cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel", remarcó que este año "las Pascuas serán celebradas el mismo día por los católicos y los ortodoxos", en un llamado de unión.
"Que nunca se debilite el principio de humanidad como eje de nuestro actuar cotidiano. Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles desarmados, atacando escuelas, hospitales y operadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad", sintetizó el colaborador respecto al discurso elaborado por Francisco.
Luego de haber tenido un breve encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos -JD Vance-, recorrió la plaza y bendijo a algunos bebés, escoltado por numerosos guardaespaldas, y todavía visiblemente débil y convaleciente por la neumonía que lo llevó a estar más de un mes internado en el hospital Gemelli y del que había salido el pasado 23 de marzo.