17 años después de que el empresario Pedro Carmona se autoproclamara presidente de Venezuela con el apoyo de Estados Unidos y Hugo Chávez fuera llevado a prisión, la historia parece repetirse. Aunque con algunos matices bien distintos.

El famoso "Carmonazo”, mencionado hoy varias veces en el discurso de Nicolás Maduro, se ejecutó luego de que por una huelga general protagonizada por la Federación de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela, que nuclea a los gremios empresariales más importantes, los enfrentamientos entre chavistas y oposición dejaran un saldo de 19 muertos y cientos de heridos

Con el actual presidente bolivariano el comienzo fue distinto. Motivados por la inflación, la falta de alimentos, el éxodo, la violencia y la falta de reconocimiento legislativos, cientos de ciudadanos y ciudadanas venezolanos coparon las calles para manifestarse en contra de Maduro. Mientras que otra parte de la población lo hizo a favor.

Con ese clima social, sumado al apoyo de Estados Unidos y el grupo de Lima, entre los que se encuentra Argentina, el Diputado jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, aprovechó para juramentar como "Presidente Encargado" del país. Aunque bien distinto de Carmona, no disolvió ningún organismo estatal ni gubernamental.

Con un fuerte discurso "anti imperialista”, Maduro cortó relaciones diplomáticas con Estados Unidos y les dió un plazo de 72 horas para que abandonen el país. A su vez, convocó a la ciudadanía a resistir, ya que el pueblo es el único que decide la gobernación, según su visión.

Además, convocó varias veces a las fuerzas armadas para que sigan acompañando la "revolución bolivariana". Quizás, el presidente electo recordó que a su antecesor, Chávez, fue devuelto al poder gracias a un general.

En las calles venezolanas la disputa sigue intacta, aunque con la particularidad de tener cada día más civiles armados. Caracas se divide en dos y, en consonancia con el 2002, Donald Trump ya reconoció a Guiadó como el presidente interino.

El clima de época desde los tiempos de Chávez cambió a nivel regional. Mientras que en 2002, Estados Unidos, España, Colombia y Chile, al igual que en la actualidad reconocieron al gobierno de Carmona. Argentina, Paraguay, Brasil, Ecuador, Colombia, Panamá y Canadá, se suman ahora al rechazo a Maduro.

Rusia, China, México, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Uruguay son las únicas naciones que reconocen a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela. Luego de las declaraciones de Trump en las que da a entender que es posible una intervención militar, la región bolivariana se transforma en un espacio de disputa mundial entre las grandes potencias.