"Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos": cómo llegó Jorge Bergoglio a convertirse en el papa Francisco
"El deber del Cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo”, admitió tras haber sido elegido como el primer Sumo Pontífice argentino y latinoamericano de la historia.
La llegada del papa Francisco a la Santa Sede significó un antes y un después para la Iglesia católica romana y los fieles en todo el mundo. Su acercamiento a las personas más vulnerables, su austeridad, sus radicales posiciones políticas, su labor social y la consecuente promoción de la justicia y la igualdad lo han colocado como uno de los pontífices más importantes de la historia reciente. "Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos", es una de sus frases más célebres.
Jorge Mario Bergoglio -quien falleció este lunes 21 de abril por la mañana en Roma tras una recuperación infructuosa de una neumonía bilateral que lo mantuvo internado 37 días entre el 14 de febrero y el 23 de marzo de 2025- había nacido el 17 de diciembre de 1936 en el barrio porteño de Flores, producto de la unión de Mario José Francisco Bergoglio, inmigrante italiano que llegó desde Piamonte en la década del 20, y Regina María Sivori, de origen argentino, pero también con raíces itálicas.
Junto a sus hermanos menores, Alberto Horacio, Oscar Adrián, Marta Regina y María Elena vivió durante su infancia hasta su adolescencia en una casa ubicada en Membrillar al 500. Su padre trabajaba en una compañía ferroviaria y su madre se dedicaba a la educación de los hijos y a las tareas domésticas.
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El primer contacto con la religión lo tuvo gracias a su abuela, quien le enseñó a rezar, y a las monjas del jardín de infantes del Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, donde tomó la comunión. A los 22 años y luego de recibirse de técnico químico en la Escuela Técnica N°27 Hipólito Yrigoyen, inició formalmente su camino católico en el seminario diocesano de Villa Devoto.
En 1958 se unió a la Compañía de Jesús y dos años después emigró a Chile para realizar el Noviciado. En 1961 regresó al país y completó sus estudios en humanidades. De 1964 a 1965 fue docente de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 brindó las mismas dos asignaturas en la escuela del Salvador en Buenos Aires. Luego, en 1970 se graduó de licenciado en Teología del Colegio Máximo de San Miguel. Como parte de sus estudios, también aprendió italiano, francés, alemán, inglés, griego y latín.
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote y tuvo como primera tarea desarrollarse como maestro de novicios en Córdoba. Luego, el 31 de julio de 1973 lo eligieron como el provincial de los jesuitas de Argentina, cargo que ocupó hasta 1979. En 1986 se convirtió en Director Espiritual y Confesor de la Compañía de Jesús, hasta que en 1992 el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Auca y auxiliar en Buenos Aires.
Después, en 1993 se transformó en Vicario General de la Arquidiócesis de la Ciudad y en 1997 Arzobispo Coadjutor. El 28 de febrero de 1998 asumió la conducción del arzobispado y en el marco del Consistorio del 21 de febrero del 2001 fue nombrado cardenal por el Papa, con el título San Roberto Belarmino.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, el 13 de marzo de 2013 asumió como Sumo Pontífice, tras la elección de sus pares, con 76 años. "Ustedes saben que el deber del cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo", manifestó tras llegar a la cima de la iglesia católica.
De esta forma, se convirtió en el primer Papa argentino y latinoamericano además del inaugural de los de la orden jesuita, motivo por el que eligió su nombre pontificio, que adoptó en honor a San Francisco de Asís, por su "vida de humilde servicio a los pobres", y a San Francisco Javier, "miembro fundador de los jesuitas".