La esperada foto entre el presidente Mauricio Macri y su socia Elisa Carrió se dio finalmente hoy en el Centro Cultural Kirchner (CCK), pero no significó una reconciliación total tras la turbulentas críticas de la diputada. Si bien la presencia de ambos en la presentación del programa Argentina Exporta fue un señal de acercamiento en sí misma, los referentes de Cambiemos se saludaron secamente y no intercambiaron palabra.

Tal vez porque el beso que Macri le dio a Carrió tuvo lugar minutos después de que la legisladora le volviera a pedir públicamente la cabeza del ministro de Justicia, Germán Garavano.

"Voy a amigarme con el Presidente ahora cuando me lo saque a Garavano", afirmó Carrió durante su exposición en el acto de lanzamiento de la estrategia federal de exportaciones, minutos antes de que Macri llegara al lugar. Avisó así, que el pedido de juicio político contra el funcionario sigue en pie, y según supo El Canciller de fuentes cercanas a la diputada esa presentación "está en elaboración".

A su turno y tras el seco saludo, el jefe de Estado hizo una breve mención a la líder de la Coalición Cívica y destacó que "ha recorrido el país" con la causa de las Pymes en alto, en lo que pareció ser un guiño a su socia. Carrió lo observaba desde la primera fila, sentada junto a su amigo, el radical y jefe del interbloque de diputados de Cambiemos, Mario Negri. Se la veía seria y por momentos somnolienta, recostada sobre su asiento. 

La imagen juntos se dio luego de casi dos semanas de cruces, desatados por los dichos de Garavano sobre la posibilidad de que la ex presidenta Cristina Kirchner vaya presa. 

"Perdí la confianza en el Presidente", había lanzado el pasado fin de semana la diputada nacional, al acusar a Macri de "romper" el pacto que tenía el espacio contra la "impunidad" y respaldar a Garavano.