Una de las mayores preocupaciones de la pandemia del coronavirus es el posible colapso del sistema de salud. Lo expresan los especialistas en epidemiología y lo repite, cada vez que puede, Alberto Fernández, que insiste con los riesgos de romper el aislamiento social obligatorio.

"El objetivo es evitar que el virus se propague a mucha velocidad, porque cuando se producen los picos -que en una semana haya miles de casos- colapsa el sistema de salud", había expresado el Presidente el domingo. "Nuestra prioridad es fortalecer el sistema público de salud para cuidar a todas y todos los argentinos ante la pandemia del coronavirus", agregó.

Para que se "aplane" la curva de los casos contagiados (el último parte de este miércoles dio 387 infectados en el país), hay voluntarios que piensan cómo ayudar y asistir con el equipamiento técnico de los centros de salud.

Jonathan Said, por ejemplo, unió el mundo de las impresiones 3D con los aparatos técnicos. "Comencé viendo en una página (Open Source COVID19 Medical Supplies) que había gente que se ofrecía a diseñar cosas, y que había mucha demanda de insumos. Por eso mismo diseñé una base de datos para unir a los ofertantes y los demandantes", explicó el joven a El Canciller.

Si bien la mayor alerta es sobre el faltante de respiradores artificiales, Said explica que la elaboración de válvulas para esos aparatos "puede ser contraproducente" por la posible contaminación del plástico.

Pero no es el único faltante. "Notamos que también eran necesarios mascarillas faciales para la intervención médica. Para eso se necesitaba gente que tenga impresiones 3D más las máquinas que corten con láser. Mediante esa unión podemos crear el instrumento que sirva como herramienta de prevención para la intervención médica", completó el emprendedor. Said se contactó con el Ministerio de Salud y la ANMAT para poder homologar el producto como un instrumento seguro.

La producción de mascarillas faciales, también en Alemania
La producción de mascarillas faciales, también en Alemania

Base de datos

Al principio, la base de datos registraba tan solo unos pocos voluntarios que disponían de impresoras 3D. "A las tres horas de lanzada la convocatoria, ya había 300 personas. En menos de 48hs, ya superaban las 800".

El joven emprendedor reconoce que no se puede dejar al libre albedrío la fabricación de mascarillas. Por eso, en trabajo coordinado con la Cámara Argentina de Impresiones 3D planificaron una base para agrupar a los voluntarios en distintas zonas.

El mapa de los centros autoconvocados
El mapa de los centros autoconvocados

"La intención de la Cámara es difundir el desarrollo", cuenta David Cimino, quien aseguró que "se está iniciando una plataforma, de libre acceso, para que más personas con impresoras generen las protecciones visuales". "A toda la base de datos se le envió un mail con un mapa de grupos autoconvocados por zona. Así se colabora con la logística", expresó Said.

Desde Salud respaldan la iniciativa. Su participación es esencial: son aquellos que, al contar con la cifra precisa, podrían ubicar las mascarillas en los centros de salud con mayor demanda. "En este momento, todas las mascarillas son fundamentales", dice Said a los voluntarios.