En 22 días, el pueblo de Brasil elegirá quién será el próximo presidente de la potencia latinoamericana y la lucha entre los partidos políticos está en pleno auge. El mapa de los votos continúa incierto.

El personaje con mayor intención de votos, Jair Bolsonaro -con solo un 22%-, continúa hospitalizado por el atentado en su contra, pero aún con su discurso de ultraderecha y su perfil misógino, machista y homofóbico es el "más popular" de los que se presentan.

"Haddad es Lula": la estrategia del PT para trasladar los votos a un candidato de perfil bajo

Del otro lado, Lula pasa los días previos a la elección del 7 de octubre tras las rejas. Mientras cumple la condena por corrupción, intentó en varias oportunidades postularse a presidente, pero la Justicia se lo impidió argumentando su propia ley que impulsó para denegar a los condenados el acceso a la presidencia.

Entonces, cuando ya no quedaban artilugios legales, decidió apoyar la candidatura del que iba a ser su vicepresidente en la fórmula frustrada. Fernando Haddad, ex intendente de San Pablo, es un fiel político del Partido de los Trabajadores (PT) quién se afilió en 1983 y realizó su carrera bajo el ala de sus líderes.

El problema no es su fidelidad al partido, sino su popularidad ante los 147 millones de votantes que irán a las urnas. Solo un 9% lo votaría y muchos ni siquiera saben pronunciar su apellido.

El PT espera que el apoyo de Lula sea trascendental y logre subir el índice hasta, por lo menos, equiparar a Bolsonaro y poder llegar a la segunda vuelta del 28 de octubre, donde el voto negativo al ultraderecha lograría el triunfo del desconocido.

Lula: "Nosotros ya somos millones de Lulas, de hoy en adelante Fernando Haddad será Lula para millones de brasileños, hasta la victoria".

"Nosotros ya somos millones de Lulas, de hoy en adelante Fernando Haddad será Lula para millones de brasileños, hasta la victoria, un abrazo del compañero de siempre, Luiz Inácio Lula da Silva", fue el final de la carta del ex presidente.

La misiva se comunicó junto a un spot de campaña en el que con guiños a los más jóvenes buscan instalar la idea de que “Haddad es Lula”. Emojis, memes y gifs suman un tono millenial para potenciar el video que se viralizó.