Consumado el empate por 2 a 2 en La Bombonera, y a la espera del desquite como local, River Plate se fue con la sensación de haber cumplido los deberes. Así lo reflejó Marcelo Gallardo, al salir a uno de los balcones del Monumental para festejar el empate con los hinchas que se acercaban a las inmediaciones.

Imposibilitado de acercarse al estadio rival, a raíz de la sanción de cuatro partidos internacionales que le impuso la Conmebol por su accionar en la semifinal contra Gremio, el técnico riverplatense optó por mirar el partido dentro del club y se entusiasmó con un desenlace feliz en dos semanas. 

Si bien de los últimos 10 partidos ante Boca en el Monumental sólo ganó dos, ambos fueron determinantes: victorias por 1-0 en la semifinal de la Copa Sudamericana 2014 y los Octavos de Final de la Copa Libertadores 2015.

La estadística del torneo continental también le da un empuje a River, ya que de las últimas ocho finales, en siete se consagró quien definió como local -Gremio, en Lanús, el año pasado, fue la excepción-.