El juez federal Gustavo Villanueva decidió hoy el destino del mapuche Facundo Jones Huala al aceptar su extradición a Chile. Afuera del juzgado federal de Bariloche, estaban los que fueron a apoyar a Jones Huala y varios periodistas además de Gendarmería, que custodiaba el lugar. Cuando se conoció la decisión, comenzaron las corridas y las piedras, así como también la represión de Gendarmería y varias detenciones.

Chile solicitó a Argentina la extradición de Jones Huala por cuatro delitos: un incendio en 2013, tenencia ilegal de arma de fuego de fabricación artesanal y también de municiones y por el ingreso clandestino a ese país.

En el juicio que realizó el juez Villanueva no se analizó si Jones Huala era culpable o no. El único propósito del debate fue decidir si correspondía o no que fuera extraditado para que se lo investigue del otro lado de la cordillera.

El juez leyó hoy la sentencia y también dio a conocer sus fundamentos. Allí, repasó las acusaciones que le hicieron al lonko y consideró que los delitos de incendio y tenencia de arma constituían un delito para la justicia argentina mientras que el ingreso al país de manera ilegal no lo es.

Con respecto a uno de los argumentos de la defensa, cuestionó la categoría de delitos políticos (uno de las razones por las que no podría ser deportada una persona) y afirmó que Jones Huala utilizó "abusivamente” esa categoría como un intento de evitar a la justicia chilena.

Indicó, además, que no es un perseguido políticamente por Chile, tal como había planteado en la audiencia de la semana pasada y manifestó que ese país informó correctamente todos los pasos de la extradición.

¿Qué le queda a Jones Huala ahora? Si bien esta decisión es un claro revés en su pretensión de quedarse en el país, aún puede apelar a la Corte Suprema para que revise su caso.