A tres días de decretar el aislamiento preventivo y obligatorio en todo el país, Alberto Fernández tiene una certeza: la problemática del coronavirus no finalizará el 31 de marzo, cuando -en teoría- vence el plazo para recluirse en casa.

A esa posición, dicha tanto en público como en off, el Presidente llegó a través de varias premisas: la multiplicación de casos locales -al cierre de esta nota, el número ascendía a 225- la evolución en los países, sobre todo europeos, que decidieron una cuarentena para toda su población y los números que se bajaran en el Ministerio de Salud.

Es que según La Nación, Ginés González García muestra en las reuniones dos diagnósticos: uno positivo, que habla de 250.000 infectados para julio y uno menos optimista, con más de dos millones de infectados y un sistema de salud totalmente colapsado.

Por eso mismo, una de las posibilidades que circula en Balcarce 50 es extender el "aislamiento social" por quince días más. Es decir, que finalice el 15 de abril. "Es una opción, veremos, pero esto es día a día", informaron a El Canciller desde uno de los despachos más próximos al Presidente en Casa Rosada.

El objetivo sigue siendo "aplanar" la curva de contagiados, con la amenaza latente del otoño y una baja de la temperatura que podría empeorar la situación.

Economía

En contrapartida, aparece la recesión de la economía como consecuencia de la extensión del parate.

Sin embargo, entre la mayoría de los economistas la balanza se inclina más la prioridad de la salud por encima de los números rojos de las cuentas públicas. "Las consecuencias serán duras, las restricciones sanitarias provocarán en lo inmediato una gran caída de la actividad", enfatizó Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional. "También se desequilibrará la macro, con más emisión y mayor déficit", agregó.

"Pero hay que priorizar y hay que parar", completó el consultor económico.

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Área metropolitana

El otro foco latente que se prioriza en el Ejecutivo es enfatizar el control sobre la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonarense. Según las cifras oficiales, el 70% de los casos tuvo como epicentro la zona metropolitana.

Por eso mismo no extrañó la conferencia de prensa en conjunto entre el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el gobernador Axel Kicillof y, en el medio, el Presidente. "Somos un solo equipo", remarcó, esta mañana, el alcalde porteño.

Y ante el peligro de un contagio comunitario, las opciones son varias. La posibilidad que crece con mayor fuerza es recrudecer el control estricto en el aislamiento social obligatorio, tal como advirtió ayer la ministra de Seguridad, Sabina Frederic. En otras palabras significaría menos excepciones para circular y un registro estricto que identifique cada transeúnte.

Otra variante que se barajó en la reunión del equipo de coordinación de los Gabinetes (Nación, Provincia y Ciudad) fue la eventual sanción del Estado de Sitio. Esa concepción significaría -según distintos constitucionalistas, tales como Andrés Gil Domínguez- la suspensión “de las garantías constitucionales". En ese caso, el Presidente podría arrestar a las personas o a trasladarlas de un punto a otro del país (si estas no prefieren salir del país) sin que pueda condenar ni aplicar penas.

Sin embargo, esa posibilidad -ahora- es casi nula. "Hay que pensar en el peso histórico que tiene esas palabras (Estado de Sitio) en Argentina. Lo que menos hay que hacer es infundir pánico", explicó un dirigente bonaerense del Frente de Todos, quien prefirió el off periodístico.