Con casi todas las provincias cerca del 100% de mesas escrutadas y resultados irreversibles, Juntos por el Cambio (JxC) sorprendió imponiéndose en 15 provincias. El principal batacazo lo dio en Buenos Aires, histórico bastión del peronismo, en donde la principal coalición opositora sacó más del 38% de los votos, 5 puntos arriba del 32% del Frente de Todos (FdT). “Apabullante”, “increíble”, “de verdad no lo esperábamos” son algunas de las expresiones que resonaron en el búnker encabezado por Diego Santilli y Facundo Manes.

También, en un rápido análisis, algunas de sus figuras coinciden en que el neurólogo absorbió gran parte del electorado moderado y desencantado con la gestión de Alberto Fernández. Con un tono exultante, dirigentes del PRO, de la UCR y de la Coalición Cívica se reconocen sorprendidos: “Ganamos en distritos que no lo podemos creer”.

Dentro de las 15 provincias en donde el triunfo cambiemita ya es irreversible, algunas tradicionalmente peronistas como Santa Cruz, Chaco o Tierra del Fuego se pintaron de amarillo. En distritos de la Provincia de Buenos Aires donde hace 24 horas hubiera sido impensada una victoria de JxC, como San Martín, Tigre, Hurlingham, Morón, Quilmes, Ituzaingó o Cañuelas, la voluntad popular no acompañó a las intendencias frentetodistas. En algunos casos, con diferencias superiores a 10 puntos.

La autocrítica y el “shock”

Cerca de la medianoche, todo el amplio arco de la coalición gobernante se subió al escenario para asumir la derrota. “Hay errores cometidos que no pueden volver a repetirse”, lamentó el presidente Alberto Fernández, acompañado de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. “Vamos a corregir lo que se hizo mal, escuchamos el veredicto de la gente”, agregó el mandatario.

Además, recordó: “Tengo dos años más de mandato, no voy a bajar los brazos. Nada quiero más que terminar este mandato”. Por lo bajo, el hermetismo en los dirigentes de los Ejecutivos y parlamentos nacionales y provinciales fue total. En estado de “shock”, las explicaciones y la autocrítica se limitaron al discurso de Alberto en la noche del domingo. Horas antes, en La Plata festejaban Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán por una victoria que no fue.

La euforia amarilla

El asombro fue para todos, incluso para la fuerza ganadora. Los frutos de la estrategia de Horacio Rodríguez Larreta lo terminó de perfilar de cara a las presidenciales 2023. “La tarea es terminar con la arrogancia y la prepotencia para siempre”, dijo sobre el escenario María Eugenia Vidal, que –sumando los votos de su rivales internos, Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein– se impuso con un 48% de los votos y duplicó la cantidad de sufragios del oficialista Leandro Santoro.

El otro protagonista del enroque larretista también fue Santilli, que dio el verdadero batacazo en territorio bonaerense y además de imponerse 5 puntos por encima del FdT, ganó su interna contra Facundo Manes –60 a 40%–. “Gracias por confiar y escucharnos”, culminó durante los festejos.