El domingo vencerá la medida que cerró las exportaciones de carne y en la Casa Rosada evalúan los próximos pasos. Los precios en los mostradores no bajaron y el sector agropecuario está con los tapones de punta. Testimonio de eso fueron los 12 días de cese de comercialización que dispuso la Mesa de Enlace. Doble problema para el Gobierno: descontento de los consumidores, por un lado, y de los productores rurales por el otro.

A lo que se le suma la amenaza de Israel. “No puede ser que cada vez que a la Argentina se le da la gana, Israel se queda sin carne”, protestó la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen. Y advirtió: “Si no podemos saber que nos van a vender carne de forma regular, vamos a buscar otros lugares”.

El conflicto de la carne incomoda mucho en Balcarce 50. Este martes el Presidente tenía en su agenda la inauguración de obras en la Autopista Pilar-Pergamino, pero no asistió. En la ruta lo esperaban centenares de chacareros organizados para manifestar el rechazo a las medidas que se vienen implementando en relación al campo.

Los dueños del ganado ejercen presión. Alberto escucha el ruido, pero aún no define la estrategia para calmarlo. Hay tres escenarios. El jefe de Estado sabe que extender el plazo derivaría en un conflicto más agudo aún y las elecciones están a la vuelta de la esquina, más allá de que el campo en líneas generales no simpatice con el tono definido por el kirchnerismo para lo nacional y popular. El inconveniente de prorrogar la medida sería la radicalización de una contienda con el fantasma del 2008 y la 125. Y la posibilidad para la oposición de relanzar su campaña.

Por otra parte, Alberto entiende que su plan no modificó los precios en el mercado interno, que en mayo último registraron un aumento del 6,1% en las carnicerías del AMBA. Por eso, no descarta avanzar en el otro escenario: no renovar la medida. De esa manera, relajaría la tensión con el sector agropecuario y respondería a la demanda de Israel. En ese caso, el Gobierno daría luz verde a las exportaciones y apaciguaría las aguas, quizá con algunos condicionamientos. Lo cierto es que el eventual pacto con el campo todavía es una incógnita.

Un escenario intermedio

El gobierno nacional comenzó a evaluar en las últimas horas un plan ganadero junto al Consorcio de Exportadores ABC, con el objetivo de garantizar el abastecimiento en el mercado interno. Este programa, que estudia junto al nucleamiento privado, busca alcanzar la producción anual de cinco millones de toneladas de carne vacuna, lo que aumentaría el volumen local a precios más accesibles. Pero a cambio, el Consorcio de Exportadores ABC pidió levantar la restricción para exportar. La Casa Rosada lo haría en principio de manera parcial, permitiendo la venta de algunos cortes con destino a China e Israel.