Según La Nación, el plan del Gobierno es así: primera aprobará los puntos en los que tiene mayor consenso con el peronismo y el sindicalismo "dialoguista”. Entre ellos se destacan el blanqueo de trabajadores informales, la ampliación de licencias por paternidad y las pasantías como capacitación laboral. Luego, ya cuando esté promediando el mundial en junio, ir por las iniciativas que el oficialismo no puede aprobar por sí mismo. Entre ellas están la modificación del cálculo de indemnizaciones, la eventual creación de un fondo de desempleo para diversos -y determinados- sectores y la rebaja de aportes patronales a la seguridad social.

La elección de la fecha parece obvia: durante el mundial -generalmente- la opinión pública se enfoca más en lo que ocurre en torno al seleccionado nacional y evita tener contacto con otro tipo de noticias. Eso, sumado a que (para ese entonces) se habrá discutido la despenalización del aborto, generan un escenario de oportunidad.

Hasta el momento el acuerdo entre el ministro de Trabajo y los sindicalistas "friendly” es retórico. Todavía no hay nada firmado. No obstante, en el Gobierno vaticinan un efecto dominó: si logran aprobar el laboral, las licencias y las pasantías, "difícilmente” pueden frenar el resto.

Por ahora el resultado está abierto. Con la casi certeza de que la discusión real comenzará después del debate por el aborto, todavía la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, que preside el peronista "amigable” de Alberto Roberti no comenzó la discusión.