Mohamed Bin Salman, el excéntrico príncipe saudí que se encuentra en la mira de la justicia argentina y podría ser detenido tras la denuncia de la ONG Human Rights Watch por la muerte del periodista opositor, Jamal Khashoggi, es tan contradictorio como su ingreso al poder.

La polémica comenzó desde que asumió en el año 2017 gracias a que su padre desplazó del orden sucesorio a su sobrino y así se convirtió en el heredero del trono. Además, ocupa los cargos de vice primer ministro y es el ministro de Defensa más joven del mundo.

Su llegada generó expectativas tanto en la sociedad como en los medios internacionales que lo veían como la nueva cara del país. Con un perfil reformista en el sistema político y social de Arabia Saudita, manifestó que no tiene intenciones de casarse por segunda vez y criticó la poligamia.

Es graduado en Derecho y está casado con su prima con quien tiene cuatro hijos. En su país lo llaman “Mr. Everything" cuya traducción significa Señor Todo y cuando asuma el cargo de Rey será el único que no descienda directamente de la dinastía Abdulaziz bin Saud.

Con solo 33 años, supo concentrar el poder en el régimen y en el contexto mundial: son conocidas sus relaciones con el Presidente Donald Trump e incluso con figuras mediáticas como el creador y dueño de Facebook, Mark Zuckerberg.

Entre sus medidas económicas más relevantes se encuentran la conformación del programa "Vision 2030" que tiene como objetivo preparar al país para una era pospetróleo.En el plano social, fomentó la posibilidad de que las mujeres manejen, o que se pueda ir al cine.

Entre sus acciones más criticadas se incluye la detención del Primer ministro libanés, Saad Hariri y la intervención militar en Yemen. Pero el repudio de la comunidad internacional llegó con la acusación del asesinato de Khashoggi que, según las denuncias, fue torturado y descuartizado cuando aún estaba vivo.#G20Argentina El juez Lijo hizo lugar a las medidas sugeridas contra Salman, el príncipe de Arabia Saudita

Los extravagantes pedidos del príncipe para el G-20

Arribó al país con una comitiva de 400 personas y trajo consigo cuatro autos blindados. Además pidió un cuarto exclusivo para rezar en el hotel y en el complejo Costa Salguero donde se desarrollarán las reuniones. Entre los pedidos más estrambóticos figuran inodoros, bidet y lavados de la marca inglesa Kohler, que pagará la monarquía saudí.