La fuga de capitales en marzo duplicó a la de febrero y dejó en evidencia la desconfianza de los mercados en la estabilidad del programa monetario del Banco Central. A pesar de las altas tasas, el mes pasado los argentinos enviaron al exterior o atesoraron US$ 1.771 millones, casi el doble que el mes anterior. 

El dato surge del informe "Evolución del mercado de cambios y balance cambiario" que el BCRA publica cada mes, y refleja la forma en que se comportan los actores que participan de ese mercado. Un dato importante es que esta vez la fuga no estuvo traccionada por los minoristas sino por operadores de mayor escala. 

Con este dato, la denominada "formación de activos externos" por parte del sector privado local no financiero alcanzó los US$ 4.593 millones solo en el primer trimestre del año, una cifra 24% más alta que los U$S 3.700 millones del mismo período de 2011, la última elección presidencial sin controles cambiarios (en 2015 fue de U$S 1.930 millones, pero con cepo). 

Esta vez, el impulso de la fuga no fue la compra minorista de billetes, que alcanzó los US$ 805 millones netos, sino las inversiones directas e indirectas de residentes en el exterior, por un total de US$ 966 millones. Es decir que los vaivenes en el tipo de cambio se produjeron más por factores externos que internos.

Como consecuencia de estos movimientos, según informó el Central, las reservas internacionales brutas disminuyeron en US$ 1.828 millones durante el mes pasado y cerraron con un stock de US$ 66.187 millones.

Evidencia la fuga de divisas la desconfianza electoral: se fueron U$S 4.600 millones en 3 meses