Este domingo 5 de diciembre se conmemora un nuevo aniversario de la muerte del activista, político y líder sudafricano Nelson Mandela, quien falleció en 2013 a sus 95 años y dejó un legado indeleble en la lucha contra el racismo alrededor del mundo. Una vida signada por un profundo sacrificio y dedicación al prójimo. Sus principales hitos:

• 1944: ingresa al Congreso Nacional Africano (ANC, en sus siglas en inglés). Después de estudiar derecho en la Universidad de Fort Hare, ‘Madiba’ se une a la organización política que –en retrospectiva– sería el germen de la erradicación del ‘apartheid’: el sistema de segregación racial vigente en Sudáfrica hasta 1992. En el ANC, Mandela participa de sus primeras acciones de desobediencia civil. El Gobierno comienza a perseguirlo y luego lo empuja a renunciar a todos sus cargos, aunque el activista seguiría conduciendo el movimiento en la clandestinidad. En 1956, las autoridades lo detienen temporalmente junto a 155 personas y lo juzgan por “alta traición”, cargo por el que sería absuelto cinco años después.

• 1964: Lo condenan a cadena perpetua. Desde que el ANC es prohibido en 1960, la organización se vuelca a la lucha armada y sus dirigentes son intensamente perseguidos. Cuatro años más tarde, Mandela es capturado y acusado de cuatro cargos de sabotaje y conspiración contra el Estado. La sentencia: cadena perpetua.

• 1990: Liberación. El 11 de febrero de ese año, después de 27 años y medio de encierro, Mandela queda libre. Con su excarcelación, también se legaliza el ANC y comienza a perder peso el ‘apartheid’. El líder antiracista brindó su primer discurso en el que declaró su compromiso para mantener la paz. Rápidamente retomó las negociaciones hacia una Sudáfrica democrática.

• 1993: Premio Nobel. Un año después del fin del ‘apartheid’, Mandela recibe –junto al presidente que ordenó su liberación, Frederik de Klerk– el máximo elogio institucional por su dedicación en la transición hacia una sociedad más igualitaria en términos raciales: el Premio Nobel de la Paz.

• 1994: Presidencia. Ese año, Sudáfrica celebra sus primeras elecciones democráticas multirraciales. De esa forma, Mandela se convierte en el primer presidente negro en la historia de ese país con la amplia mayoría del 62,6% de los votos, cargo que ostentaría durante un mandato de cinco años y por el cual optaría no reelegir pese a tener la posibilidad de hacerlo. Por su avanzada edad y sus padecimientos médicos, el activista fue limitándose cada vez más a su labor al frente de su Fundación; hasta que en 2004 se retiraría de la vida pública, un año después de recibir el diagnóstico del cáncer que lo llevaría a la muerte en 2013.