En la madrugada del viernes falleció a sus 97 años el mítico actor y cómico Carlitos Balá. El humorista había sido internado el jueves por la noche de urgencia. "Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor", lamentó su nieta, quien confirmó la noticia. Con “qué gusto tiene la sal”, “aquí llegó Balá”, “el gestito de idea” y muchas otras frases icónicas, el ídolo se metió en cada casa del país y cautivó el corazón de millones de argentinos. ¿Cuáles fueron algunos de los momentos que marcaron sus comienzos?

 Primera vez. El humor de aquel chico nacido el 13 de agosto de 1925 era celebrado por sus amigos. Con los cajones de verdura que había en la carnicería de su padre Mustafá, Carlitos inventaba pequeñas obras de teatro. En ese entonces, un amigo lo empujó a participar de una prueba para el programa de radio más escuchado de ese entonces: “La revista dislocada”. Sin embargo, Balá no se animó a poner su apellido por miedo a que lo retaran y se anotó con el seudónimo “Carlitos Valdez”. Cuando su voz salió en la radio, su padre no lo reconoció. Más adelante, Mustafá lo apoyó en su carrera y Carlitos decidió convertirse en Balá.

Línea 39. El ícono argentino vivía cerca de la terminal de Chacarita. Cuando tenía 20 años, era normal que fuera a visitar a sus amigos colectiveros de esa línea. Por esos años, Carlitos se adentraba más de lleno en el mundo de la actuación y, en sus tiempos libres que le dejaba el negocio familiar, probaba algunos de sus personajes en los largos viajes del 39. Fueron los primeros pasos profesionales de lo que sería una prolífica carrera en radio, televisión, cine y teatro. Cuando cumplió 86, muchos coches de la empresa aparecieron ploteados con su cara. En su último cumpleaños, fue homenajeado por la compañía con un mural pintado por el artista Alejandro Marmo. Con su fallecimiento, la empresa lo despidió en las redes: “¡Hasta siempre Carlitos!”.

Chacarita. La pasión de Balá no se limitó nunca a su trabajo. Desde chico, su devoción por el club de fútbol Chacarita Juniors fue total. Nació en ese barrio porteño y nunca ocultó su fanatismo por “El Funebrero”, lo mencionaba cada vez que tenía la oportunidad en radio y televisión. Por eso, se convirtió en el hincha más reconocido de la institución, con murales y distintos homenajes. Sin embargo, no fue hasta sus 93 años que el humorista pisó la cancha por primera vez. “Chacarita es mi barrio y mi club, es decir que es mi vida. Mis orígenes están ahí, como lo están mi infancia, mi adolescencia y mi juventud”, comentó Carlitos ese día.