La Iglesia quema las naves contra la legalización del aborto, que podría obtener esta semana dictamen favorable para tratarse el 8 de agosto en el recinto del Senado, donde la votación aun es incierta. A las 19, organizaciones autodenominadas "pro vida" marcharán a la quinta presidencial de Olivos, con el aval de la cúpula eclesiástica. Además, a las 20, de ese mismo día, el arzobispado convocó a una Misa por la Vida en la Catedral porteña. 

Allí, además de manifestar sus críticas a la decisión del presidente de habilitar el debate, le exigirán que vete la ley en caso de que el proyecto, que ya tuvo media sanción en Diputados, se apruebe en la Cámara Alta.

La movilización se enmarca en una fuerte contraofensiva de la Iglesia, que se hizo carne en las últimas semanas con duras declaraciones de obispos contra el presidente y con un comunicado de la Conferencia Episcopal, que el miércoles llamó a los fieles a "manifestarse públicamente" en contra de la iniciativa.

Hoy, además, ONG antiaborto como Unidad Provida y CitizenGo publicaron solicitadas en diarios del interior del país, como El Ancasti de Catamarca y El Litoral de Santa Fe, en las que les piden a los senadores de esas provincias que el 8 de agosto rechacen la legalización del aborto y advierten que no votarán más a quienes lo acompañen.

La misa, por su parte, será encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, y lo acompañarán el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, entre otros dignatarios y sacerdotes de distintos puntos del país. En tanto, el obispo Ojea remarcó que, de ser favorable la votación en el Senado,"sería la primera vez que se dictara en la Argentina, y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano".