Desde el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires siguen realizando cambios. En esta oportunidad, el área que sufrirá transformaciones es la referida a la obtención y renovación de las licencias de conducir. Particularmente, cambiará el modo de evaluar y el lugar en que se realizarán los exámenes de manejo. Ya no será en el Parque Roca, sino que se concretarán en las calles porteñas de barrios poco transitados. Los exámenes, por su parte, aumentarán las exigencias referidas a conocimientos teóricos.

Según definió el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, el novedoso sistema que se comenzará a aplicar en la Ciudad busca ser más exigente en todos los aspectos con el objetivo de "garantizar que quienes manejan puedan demostrar las habilidades necesarias para conducir en la calle"

Tweet de Felipe Miguel

Claves del nuevo formato

Desde el Gobierno porteño apuntan esencialmente a tener mejores conductores con habilidades mejor probadas y mayor conciencia de seguridad vial. En segunda instancia, la finalidad también consiste en reducir la siniestralidad. Los funcionarios creen que de esta forma se podría reducir el 50% de los incidentes viales hacia 2030. 

 Formato internacional: este nuevo modelo implementado no es autóctono ni es producto de la creatividad nacional. Por el contrario, está inspirado en las modalidades desarrolladas por países como Francia, Finlandia, Hungría, Holanda, España, Austria, Irlanda, Alemania, Italia, Japón, Grecia, Suiza y Lituania. 

 Nuevo trámite: inicialmente será necesario tramitar un turno para asistir a un curso de educación vial por videollamada de tres horas de duración. Cumplido ese plazo, se otorga una nueva cita presencial en la sede comunal de conveniencia para el aspirante para realizar los exámenes psicofísicos, teóricos y prácticos.

 Test psicológico y agregados: esta instancia evaluatoria será más completa, haciendo un énfasis en el análisis en profundidad de la conducta humana. Habrá también un test visual con una prueba binocular, de campimetría y encandilamiento. También un test fonoaudiológico con un barrido tonal y la examinación de audición. A esto se le suma un test médico general en el que se podrá incorporar certificados de profesionales de la salud anteriormente apuntados en la carga de datos y se evaluará, junto a la información incluida en la declaración jurada, que el titular del trámite se encuentra apto para conducir.

 Nuevas exigencias teóricas: Se mantiene el esquema de opciones múltiples, pero aumenta la exigencia. Antes era necesario acertar el 75% de un formulario compuesto por treinta preguntas, donde bastaban 22 respuestas correctas para aprobar. Con las nuevas modificaciones, se incrementaron la cantidad de consultas, de respuestas correctas y el porcentaje necesario para superar el test. Así, el nuevo examen teórico se nutre de 40 preguntas y se requieren 34 correctas, el equivalente al 85 por ciento, en un plazo de 45 minutos.

Licencias de conducir: ocho claves sobre la nueva modalidad en CABA

 Recorrido urbano: las autoridades dispusieron que al menos circulen un tramo corto por avenida, que en las adyacencias haya agentes de tránsito y que se evite el paso por escuelas, hospitales, sedes de policías y cuarteles de bomberos. Dicho recorrido se realizará en los barrios un radio de 200 a 300 metros y deberá durar unos 15 minutos.

 Doble modalidad: los conductores podrán elegir hacer el examen con autos de caja manual o automática. Para ello, el Gobierno de la Ciudad adquirió 30 coches que fueron distribuidos en las diez comunas. Los de caja manual son Volkswagen Gol Trend y los de versión automática, Peugeot 308. 

 Formato evaluatorio: La evaluación práctica se discrimina en tres etapas: comprobaciones previas, circulación en tránsito y estacionamiento paralelo. En total son ochenta conductas que tienen en consideración los evaluadores y cada error potencial contiene una calificación dividida en cuatro escalas: eliminatoria, deficiente alta, deficiente baja y leve. Las eliminatorias son 21: por ejemplo, cruzar el semáforo en rojo, no usar el cinturón de seguridad, superar la velocidad máxima (en el examen se reduce a 30 km/h en calle y 45 k/h en avenidas), no ceder el paso a vehículos de emergencia o no estacionar adecuadamente en más de dos intentos. 

 Cambio de paradigma: con la inclusión del nuevo formato de estilo europeo, ya no habrá que aprender a dibujar una “u” en reversa, zigzaguear conos o superar la prueba de la rampa de retención de embrague que tradicionalmente preocupaba a los aspirantes que rendían en el Parque Roca. De esta forma, las exigencias impuestas por el GCBA se acercan más a las exigencias reales y cotidianas que se presentan durante el día en un barrio porteño en cualquier día de semana.