El senador opositor y exministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, anunció por redes sociales que sufre Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una patología que provoca parálisis muscular y padecen aproximadamente 3.000 personas en Argentina. Debido a la escasa cantidad de afectados, la información sobre ELA no es tan accesible como la de otras enfermedades. Lo que se sabe es que no tiene una cura definitiva y, además, llegar a un diagnóstico puede tomar más de un año. 

El Canciller dialogó con Darío Rybas, presidente de la Asociación ELA Argentina, quien precisó la complejidad de abordar esta situación. “Es una enfermedad de la cual se desconocen las causas. Es un misterio; se está investigando. Es muy variable, los síntomas pueden ser una afonía, una dificultad para caminar y mover un dedo, fatiga”, explicó. 

Asimismo, Rybas agregó que “con una serie de estudios” aplicada a los síntomas, un médico puede diagnosticar la patología, mediante la recolección de la información clínica que dejan los exámenes y un criterio subjetivo. Sin embargo, “si los síntomas se acrecientan, es más fácil de identificar”. 

En cuanto al tratamiento de la ELA, el especialista fue taxativo: “Como decimos siempre, no tiene cura. Entonces, hay que tratarla con un equipo de atención multidisciplinaria, encabezado por un médico clínico junto a neurólogos, neumonólogos, nutricionistas, kinesiólogos o psiquiatras”. La idea de ese grupo de médicos es mejorar la calidad de vida del paciente afectado, teniendo en cuenta que no hay una solución mágica o definitiva.

Al mismo tiempo, Rybas mencionó dos fármacos aprobados en Argentina para atenuar esta enfermedad: Riluzol y Edavarone. El primero, actúa como protector de glutamato para aminorar la degeneración de las neuronas motoras afectadas. El segundo es un agente  antioxidante que actúa sobre el estrés oxidativo (cuando la capacidad de producción de radicales de oxígeno libres excede la capacidad antioxidante de una célula). 

Mientras conversaba con El Canciller, el presidente de ELA Argentina estaba en contacto con el entorno de Bullrich, con la idea de programar un encuentro y colaborar con su tratamiento. Dirigentes de todo el arco político como Cristina Fernández y Soledad Acuña expresaron su acompañamiento al senador. “Gracias a Dios hace 10 años hay avances enormes, ensayos clínicos y mucha gente detrás del estudio, con el objetivo de conseguir algo favorable para diagnosticar y detener la enfermedad”, finalizó Rybas.