La empresa estatal AySA se está haciendo cargo de servicios que hasta ahora estaban en manos privadas. Sin embargo, denuncian que se trata de transiciones “improvisadas”. La falta de información y el malestar de los vecinos comienzan a inquietar a los jefes comunales.

El conflicto llega después de un pedido de los gobernadores peronistas Juan Manuel Urtubey, de Salta; y Juan Schiaretti, de Córdoba, quienes reclamaron al Presidente que traspase el control de la empresa a la Provincia y a la Ciudad de Buenos Aires, ya que la compañía sólo opera en dichos sectores a pesar de tener rango nacional. 

El gran interrogante de los intendentes es cómo hará el gobierno de la provincia de Buenos Aires para financiar el traspaso. Por eso, Vidal exigió al Ejecutivo que, junto a la empresa, gire los fondos para continuar las obras de saneamiento en el Conurbano y las partidas presupuestarias para poder pagar el déficit.

Hasta, ahora AySA hizo –o intenta hacer pie- en varios distritos preponderantes de la provincia de Buenos Aires. Los casos más emblemáticos que arrojaron críticas por parte de los vecinos son, entre otros, Florencio Varela y Pilar.

En Florencio Varela, por ejemplo, el reclamo de la Municipalidad fue bastante elemental: pidieron “de manera urgente” que reestablezcan el servicio de agua ante los reiterados cortes que afectan a varias zonas del distrito.

A su vez el intendente Andrés Watson le exigió a la empresa que ponga en marcha “un plan de contingencia eficaz” para atender la situación en los diferentes barrios. Incluso, algunos vecinos de la zona elevaron denuncias a la Justicia para exigirle a la compañía “un servicio adecuado”.

El caso de Pilar también revela la incertidumbre y las dudas de los vecinos por la falta de información sobre la empresa prestadora del servicio. 

Complica a los intendentes el torpe desembarco de AySA en los municipios

Según pudo averiguar El Canciller, serían más de mil millones de pesos los que invertiría AySA en Pilar, aunque aún quedan dudas sobre las decisiones que se tomarán en torno a los beneficios que, por ejemplo, recibían los sectores populares en las boletas de agua.

En este sentido, manifestaron la necesidad de conocer si habrá cambios en la facturación o en los descuentos que son otorgados a los jubilados, preocupación que se replica entre los vecinos agrupados en otros distritos de la provincia de Buenos Aires.

Otro temor que alarma a los empleados es una supuesta “absorción del personal por parte de AySA” una vez que tome las riendas del servicio. Los trabajadores exigen entonces que una voz oficial de la empresa garantice la fuente laboral de cada uno de los trabajadores.

En ése distrito del norte de la Provincia, gobernado por el intendente Nicolás Ducoté, los vecinos se hicieron eco de la noticia desde las redes sociales. “Aparentemente desde el primero de julio AYSA se va a encargar del servicio de agua y cloacas en nuestra ciudad. La falta de noticias y aclaraciones de AYSA nos llama la atención a los vecinos que no terminamos de entender qué es lo que va a pasar con el servicio”, publicaron en un grupo a través de Facebook. 

La exigencia de los gobernadores pone en foco el traslado de la responsabilidad de los subsidios a la empresa, que representan cerca del 30% del Fondo del Conurbano. Más allá del giro presupuestario que pueda llegar de Nación, el costo de equilibrar el déficit de AySA se repartiría entre las provincias y los municipios.

La estatal AySA fue creada en 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner y, desde sus inicios, tuvo un déficit presupuestario que se ha ido engrosando hasta la actualidad. Entre 2016 y 2018, el estado nacional le transfirió 34.500 millones de pesos a la compañía para subsanar el rojo fiscal. 

El Gobierno sostiene que la compañía de agua se encamina al equilibrio operativo y que la mayoría de las transferencias son para realizar obras públicas de saneamiento debido a la falta de cloacas en muchas zonas de la Provincia.