"¿Es Grabois el que habla o es el Papa?”, postuló Clarín el domingo a la mañana en una de sus columnas editoriales, escrita por Ricardo Roa, editor general adjunto del diario. Lo que el "gran diario argentino” sostiene es que Jorge Bergoglio expresa sus ideas a través del sindicalista Juan Grabois e intenta desestabilizar la democracia mediante la acción en las calles de pequeñas organizaciones sociales.

"El tema sería sólo religioso y terminaría ahí si los militantes de Francisco no disputaran el poder político. Poder político quiere decir presionar al Gobierno en la calle para sacarle más dinero. Y quiere decir algo mucho más peligroso: despreciar el pluralismo y actuar en los bordes del sistema democrático”, remarcó Roa.

Mientras tanto, desde el Vaticano, el Papa no podría mostrarse más alejado de la política nacional y al máximo mandatario. Esquivo para con Macri, posterga cada posibilidad de volver al país donde fue el cardenal Bergoglio. Asimismo, la reunión que tuvo con Macri (ya siendo presidente) en octubre de 2016, fue traducida como "formal e institucional” por Clarín y LaNación, y como "incómoda y hostil” por Página 12. Más allá de las interpretaciones, el hombre del Vaticano y el presidente argentino no se fundirán en un abrazo ni se llamarán para felicitarse cuando cumplen años.

"No habría que darle entidad a Grabois si no fuera porque Bergoglio privilegia a Grabois por sobre el Episcopado para dar su versión de la sociedad”, remarcó el columnista.

El sindicalista acusado de ser la voz cantante de Francisco le respondió a Roa. "Es Grabois, no es el Papa”, indicó; y luego atacó al editor de Clarín: "Entiendo tu frustración pero deberías asumir que no les da la nafta para pelear con él. Francisco está en otra categoría. A vos te tocó ser un triste escriba colonial que sigue peleándose con su propio pasado”.