Si hay una figura dentro de Cambiemos que logró salir indemne de la polémica por la reforma previsional fue la gobernadora María Eugenia Vidal. En la antesala de la votación que, en parte, define el futuro a corto y mediano plazo del Gobierno, y en la mitad de su mandato, reconoce que "(el Estado) todavía no está lo suficientemente presente" para atender a las necesidades de la población.

Después de negar que aspire a suceder al presidente Mauricio Macri, aseguró que "lo más importante es haber sido coherentes con el compromiso que tomamos con la gente en 2015, que fue cambiar”, en diálogo con La Nación Revista.

Entre Macri y el bronce: se desmarca Mariu de la carrera presidencial

Tras el espaldarazo que significó la victoria de las elecciones de octubre, la gobernadora María Eugenia Vidal es una de las pocas figuras del oficialismo que lograron salir airosas del debate por la reforma previsional, que complica los planes del Ejecutivo en el tramo final del año. "Quisiera haber podido avanzar más profundamente en las reformas educativas. Siento que no terminamos de conseguir la mejor forma de que el Estado llegue a los lugares donde más se necesita”, admite.

"No, no me considero (feminista). Me considero una persona que defiende los derechos, los derechos de todos, de las mujeres, de los que siempre se quedaron atrás, de los chicos, de los que menos tienen", admitió Vidal. 

Según Vidal, la clave de sus "victorias” se han basado en tres pilares: Macri, el gabinete nacional y "su” equipo en Provincia. "La verdad es que nunca viví esto como un logro personal. Los que gobernamos expresamos lo que la sociedad siente en un momento determinado. Es la gente, no es ni María Eugenia Vidal ni Mauricio Macri, y el día que creamos eso estamos en un problema. Nosotros venimos a trabajar por cuatro años y nuestros jefes son los que eligen, y tenés que tener muy en claro eso todos los días para no creértela y no equivocarte”, sostuvo en referencia a la disputa que por la gobernación que mantuvo con el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández y la victoria de octubre.

El Presidente ya "blanqueó” que irá por un nuevo mandato y se estima que en el 2023 será el turno de Vidal. La gobernadora dijo que se "enamoró” de la provincia y que no piensa en otro lugar, porque "a la provincia le ha hecho mucho daño tener gobernadores que pensaban ser presidentes”, apuntó.

La gobernadora, prácticamente en la mitad de su mandato, se refirió al cruce que mantuvo con el periodista K Diego Brancatelli: "La de Brancatelli soy yo enojada [carcajada]. Yo creo que Heidi es una distorsión de no haber perdido mi feminidad. Yo no creo que para ejercer el poder uno tenga que, sí es mujer, masculinizarse”. A su vez, también, por primera vez, se refirió a "Heidi”, el apodo que le pusieron una vez que llegó a la Casa de Gobierno de La Plata. "No creo en los personajes. Los personajes a los primeros que perjudican es a quien los construye porque después se vuelven una carga muy pesada de sostener”, sostuvo.