La salida de Federico Sturzenegger del Banco Central lapidó la intención del Gobierno de tener tranquilidad en materia económica en el mes mundialista. El cambio de jugadores y responsabilidades en el equipo que dirige la macroeconomía argentina apunta al gran desafío del presidente Mauricio Macri en su campaña: recuperar el GPS cambiario e inflacionario. Con un oficialismo sumergido en la debilidad y la desconfianza de los mercados, Cambiemos apuesta los últimos meses al tándem de Nicolás Dujovne y Luis Toto Caputo para aminorar los golpes de 2018 y retomar el crecimiento en el año electoral con la ayuda del préstamo del Fondo Monetario Internacional.

Puntualmente, una jugada de Sturzenegger lo sacó del Gobierno. Durante la corrida cambiaria, y hasta este jueves, los informes técnicos del Banco Central proyectaron un dólar cercano a los $26. Sin embargo, el titular del BCRA intervino durante varias ruedas para planchar el billete y dilapidó cerca de 12 mil millones de dólares de reservas vendidas a $21, $22, $24, $25 y $26. A pesar de los movimientos de la entidad, el dólar se acomodó en $28. "¿Para qué "quemó” reservas si sabía que la divisa seguiría subiendo?”, es el reproche que esgrimieron los principales economistas del país y que replicaron en Casa Rosada y la Quinta de Olivos.

En la corrida cambiaria, Sturzenegger vendió mas de USD 12 mil millones.

Además, y tal como lo sostuvo Sturzenegger en su carta, la confianza del mercado a la política monetaria de la entidad era prácticamente nula. Ese derroche es compartido con las principales cabezas de la jefatura de Gabinete, que flexibilizaron metas y permitieron gastar de más. El resultado es conocido: el oficialismo ya admitió que la inflación duplicará a la meta para 2018 (y también a la mayoría de las paritarias salariales que se cerraron). La nueva proyección oficial va entre 27% y 33%. El presupuesto de 2018 fue firmado con la predicción de un dólar, en promedio, de $19. En la mitad del año, la divisa oscila en los $28 y se prevé que cierre el año arriba de $30.

Del CV perfecto al equipo de tiburones


Doctorados en Harvard, Columbia, Chicago y Nueva York. Profesores de Yale y Princeton. Así fue el equipo que reunió Sturzenegger para dirimir la política económica del Banco Central. En las últimas semanas, la Casa Rosada le había pedido que reemplace a alguno de sus técnicos por "tiburones de mercado”, personas del mundo donde jugó toda su vida Luis Caputo, quien toma el protagonismo de corregir el rumbo económico a corto plazo.

El currículum de Caputo no dice mucho: es economista y profesor de finanzas. Sin embargo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló que Toto está en el top 10 de los que más saben de finanzas en el mundo. "Jugaba en la Champions League, no en la B, y dejó todo para venir a jugársela por su país”, subrayó en febrero de este año. Con Nicolás Dujovne, Caputo tendrá la tarea de recuperar el GPS de la economía, ahora con el discurso de la herencia recibida agotada por tres años de pérdida de confianza.

Caputo ganó fuerzas en la corrida cambiaria, donde decidió tomar la cinta de capitán y tomó varias decisiones para contener el supermartes de vencimiento de lebacs: salió a vender por encima del piso del dólar y lanzó dos bonos para tentar a los que se veían seducidos por la tasa norteamericana. A eso se le suma su rol en los primeros meses de mandato, cuando dirigió el arreglo con los fondos buitre y sacó a la Argentina del default. En el comienzo de 2018,  salió a tomar deuda en los primeros meses para financiar casi todo el año, anticipándose a la jugada de la Reserva Federal de EE. UU. También existe un vínculo afectivo importante: Toto es primo del mejor amigo de Macri, Nicky Caputo.

La decisión de Macri es una jugada conocida: en momento de crisis económica, es necesario verticalizar el poder y mostrarle a los mercados quién está arriba de la cadena de mando. Con la cartera de Finanzas absorbida por Hacienda y un tiburón financiero en el Central, el Gobierno confía en mostrar que el crédito con el FMI trae aparejado un nuevo plan económico, superador del anterior, al que muchos criticaron de inexistente. Si el rumbo económico se mantiene en el mismo camino, la oposición sólo deberá dejar hacer y confiar en que el dólar y la inflación saquen a Macri de la Rosada.