En los 90 tomó las riendas de San Miguel (una empresa cítrica de Tucumán que se ha convertido en, en 2003, se convirtió en la principal exportadora mundial de limones). Fue presidente de la Compañía Continental de Cereales por más de 20 años –después de ocupar puestos gerenciales para la empresa en varios países como Estados Unidos y Suiza-.

Unos años antes había "largado todo” para ir a estudiar a Harvard Políticas Públicas. Hoy, el Gobierno lo designó como nuevo embajador argentino en Washington. Así fue como, de ser uno de los empresarios más exitosos del país, Fernando Oris de Roa, se transformó en "empleado público”.

Ya en 2003, Oris de Roa, había dicho, en el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC): "hoy sólo me interesan el fortalecimiento de las instituciones. Por eso mi objetivo es convertirme en un buen empleado público”

En Harvard conoció a Luis Moreno Ocampo quien, como fiscal del Tribunal Internacional de la Haya, lo contrató, en 2002, como asesor en temas instutcionales "ad honorem”. 

Oris de Roa fue de los primeros en prestarles dinero a Andrés Freire (actual parte de "Cambiemos”) y Wenceslao Cesares (Patagon). 

En diciembre del 2015, la Dirección General Técnica Administrativa y Legal del Ministerio de Modernización Innovación y Tecnología, lo nombró Subsecretario de Inversiones, donde ofició durante nueve meses.

La experiencia de Oris de Roa en el sector agropecuario y las relaciones internacionales hizo que sea muy candidateable para la función. Sobre todo por su experiencia en limones, cítrico que trajo conflictos entre el gobierno de Mauricio Macri y Donald Trump.

La decisión debe ser aprobada por el Senado argentino y luego aceptado por el gobierno de Estados Unidos.