En aras de cumplir con el primer mandamiento con el que llegó al Gobierno, Alberto Fernández puso en marcha las tratativas para aminorar el hambre en la Argentina. El Presidente convocó a sesiones extraordinarias en el Congreso para aprobar el proyecto de ley de solidaridad social y reactivación productiva, en el marco de la emergencia económica. Además, planea destinar $60.000 millones al Plan Alimentar, que busca abarcar a más de un millón de personas.

Si bien no se conocieron detalles de la iniciativa del oficialismo, que ingresará al palacio legislativo en las próximas horas, el objetivo sería abarcar la emergencia económica, social y sanitaria en un solo documento, según consignó NA. El Frente de Todos cuenta con 120 diputados propios y requerirá de acuerdos con la oposición para obtener el quórum necesario.

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En este sentido, esta tarde el jefe del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, José Luis Ramón, aseguró que la bancada de ocho diputados acompañará la apertura del debate, aunque advirtió que serán reticentes a la aprobación de los proyectos si observan en el Frente de Todos falta de voluntad para dialogar.

"Van a tener un disgusto si pretenden imponer leyes y no tratan con aquellos bloques minoritarios. Nosotros vamos a participar en las discusiones en la medida que tengamos participación en las comisiones. Hay que acompañar necesariamente el tratamiento y la discusión de estos temas, pero nada va ser automático", sostuvo, en diálogo con Futurock.

En Juntos por el Cambio rechazan una posible suba de los impuestos para financiar los proyectos, en tanto reniegan de que el oficialismo pueda reasignar partidas sin tener la necesidad de discutirlo en el Congreso.

Plan Alimentar

Es un proyecto que contempla implementar el Ejecutivo bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, en el marco del plan nacional contra el hambre. De acuerdo a lo adelantado, abarcará a más de un millón de habitantes postergados por la crisis económica, quienes podrían comprar alimentos esenciales a bajo precio a través de una tarjeta.

Para las empresas alimenticias, la adhesión será voluntaria. Según confiaron fuentes del Gobierno a El Canciller, el acuerdo podría cerrarse la próxima semana, con una reunión entre la secretaria de Comercio, Paula Español, y los representantes de la industria.

Lácteos, harinas, aceites, polenta, fideos, azúcar, yerba, té, cacao, arroz blanco, caldos, mermelada, sal fina, arvejas, puré de tomates, garbanzos, lentejas, aceites, harinas, galletitas, agua mineral y jugos en polvo podrían ser algunos de los productos integrados en el plan.