Poco duró la alegría en la renovada rama peronista de Juntos por el Cambio. Luego de que Mauricio Macri sorprendiera al ungir a Miguel Ángel Pichetto como su compañero de fórmula y mostrara una ampliación de la coalición de gobierno que -aunque desestimados- hasta los propios aliados radicales celebraron, el cierre de listas originó la primera fractura entre el "ala política" de Juntos por el Cambio y la Jefatura de Gabinete.

El armado de las boletas, que corrió por cuenta de Marcos Peña, dejó heridos a los caciques peronistas del Gobierno, que expresaron su malestar al suspender la gira de campaña que tenían prevista para el próximo fin de semana en la Patagonia (Río Negro y Neuquén) y la región mesopotámica del país (Entre Ríos, Corrientes y Formosa).

El flamante candidato a vicepresidente del oficialismo y el ministro del Interior, los encargados de tejer alianzas con la oposición, iban a desembarcar con el objetivo de avanzar en estrategias que puedan restarle votos al binomio Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner. Un viaje de rosca

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Corrientes es una de las pocas provincias que le entregó sonrisas a la Casa Rosada, con los discípulos del gobernador Gustavo Valdés obteniendo una amplia victoria en los comicios legislativos. En Neuquén, Macri cuenta con grandes chances de que Omar Gutiérrez juegue con boleta corta para beneficiar su candidatura. El mandatario tiene buena relación con la Casa Rosada y fue el anfitrión, en Vaca Muerta, de la presentación del binomio oficialista. 

Río Negro y Entre Ríos ponen en juego bancas en la Cámara alta y los dos referentes del peronismo del PRO buscaban acercar posiciones con Gustavo Bordet, que bendijo la unidad del partido opositor pero mantiene buena relación con Frigerio y Pichetto. Formosa, por su parte, se configuraba como el distrito más hostil del periplo: Gildo Insfrán, fiel adepto de Cristina Fernández de Kirchner, consiguió la reelección por una holgada diferencia y José Mayans, exaliado del rionegrino en el Senado, despotricó contra él luego de que efectuara el cambio de bando al oficialismo. 

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Sin embargo, nada de esto se cristalizará. O, al menos, por ahora. Luego de que en el armado de listas se volviera a imponer el hermetismo de Peña, tanto Pichetto como Frigerio, disgustados por la dinámica del jefe de Gabinete, decidieron exponer su descontento con la suspensión de la estratégica gira. El más dañado fue Emilio Monzó, quien quedó acéfalo de referentes en las listas bonaerenses y con pocos integrantes en las boletas nacionales. 

A una semana del asado que compartieron en Los Platitos de Costanera para celebrar el triunfo peronista por sobre la doctrina de Peña y Jaime Durán Barba, las heridas en el armado electoral dieron lugar a una primera fractura.