Marcos Peña y Durán Barba ya hicieron los números finales de la votación en el Senado sobre el proyecto de tarifas. En la Casa Rosada saben que la iniciativa que busca frenar los aumentos de los servicios de luz, agua y gas está al borde de concretarse. Pero no descartan cambios de último momento.

Por eso, del otro lado de la vereda, el peronismo kirchnerista no quiere sorpresas, pero es consciente de que hay algunos legisladores que podrían provocar un giro de último momento que cambie la ecuación y prenda una luz de esperanza para Mauricio Macri y compañía.

En este escenario, Marcelo Fuentes, jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria, habló con Luis Novaresio en radio 10 y se mostró confiado con aprobar la ley, aunque no descartó "sorpresas” que compliquen la situación.

"Puede haber algunas ausencias”, dijo y alarmó a todo el PJ por posibles faltazos a la Cámara Baja. "Entiendo que la ley sale. Lo que manifestó el bloque Argentina Federal es que habría cerca de 40 votos. Ahora, vamos a ver”, añadió.

Las últimas esperanzas del oficialismo para torcer la cuestión están depositadas en los cuatro "disidentes” del PJ, el salteño Rodolfo Urtubey, el correntino Carlos "Camau” Espínola, el catamarqueño Dalmacio Mera y el jujeño Guillermo Snopek.

Pero la oposición tendría el camino asegurado para abrir el debate y hacer valer una relación de fuerzas que, por el momento, le es favorable. Sobre un total de 72 senadores, al menos 39 ya tendrían decidido votar el proyecto tal como salió de la Cámara de Diputados hace casi tres semanas.

Otro plan B que parece esfumarse en estos últimos días es el de "ganar tiempo”. Allí, la estrategia central era que Miguel Ángel Pichetto hiciera lo propio para negociar algo de tiempo y proponer algunos cambios a la estrategia central sobre el proyecto de tarifas. Pero eso está lejos de concretarse.

En definitiva, el discurso de Mauricio Macri de este lunes fue un reconocimiento implícito de que Cambiemos no puede frenar la iniciativa. Una tesis que propone Durán Barba a cada rato: anticipar las balas y compartir el costo político con la oposición. En este caso, el Presidente fue a fondo y jugó un partido que le queda cómodo: la grieta con Cristina Kirchner.

Entonces, las expectativas de Cambiemos están puestas en intentar jugar las últimas cartas posibles para evitar la sanción de la ley, aunque en la mesa chica ya preparan el día después y los efectos que el veto de Macri pueda causar en la sociedad.