El drama por excelencia en Argentina volvió a ocupar un lugar protagónico en la cartelera: el valor del dólar volvió a crecer significativamente en pocos días a tres semanas de las elecciones y tocó su techo histórico de $195. El lunes bajó y cerró un peso por debajo, pero en la bolsa las cotizaciones financieras “libres” están cerca de los $200 y crece la preocupación por una devaluación.

El ministro Martín Guzmán se encargó de descartar esa opción. Hoy la brecha entre el oficial y el paralelo es menor al 100%; cuando hace un año se tocaba el máximo del tipo de cambio y la diferencia era del 150%. En la cartera económica desestiman por completo la alternativa de achicar la brecha mediante una devaluación que, para cerrarse definitivamente debería ser de un 50%, con 4,6 millones de pobres nuevos en el camino.

¿Emisión, ruido o las dos juntas?

“El problema que tiene el Gobierno son números fiscales que no le cierran. Y mientras tenga que seguir recurriendo a la emisión para financiarse, controlar el tipo de cambio libre es casi imposible”, explicó a El Canciller el analista financiero Christian Buteler. Lo cierto es que el incremento del paralelo corrió por detrás de la presión inflacionaria en lo que va de este año.

Con el propósito de revertir el resultado electoral –o por lo menos achicar la diferencia–, el Gobierno se propuso poner más dinero en la calle. Según la perspectiva ortodoxa, “sobran pesos”: un excedente que sumado al temor característico de la previa a los comicios, hace que muchos se abalancen sobre el dólar blue como instrumento de ahorro seguro.

“Yo el excedente de pesos no lo veo. El nivel de circulante hoy en relación al PBI es de 4,2%, muy por debajo del promedio desde 2005 a 2019”, aporta el economista Sergio Chouza ante la consulta de este medio, y agregó: “En los años impares, entre agosto y octubre siempre hay cimbronazos. Hay que ver la película completa. A pesar de que nominalmente el dólar tiene valores altos y estamos por romper la barrera psicológica de los $200, hay mucho de fuego artificial”.

Para el docente e investigador de la UBA y la UNdAv, lo que hay es “ruido”. “Fue el gran logro de la oposición instalar mediáticamente lo del Plan Platita. Es algo que por ahora no se ve en los hechos”, sostuvo. Lo que la candidata Victoria Tolosa Paz definió como “golpe blando”, Chouza lo planteó en términos de “expectativas de devaluación que no tienen razón ni fundamento macroeconómico”.

Hay algo en lo que el amplio y diverso abanico de consultores coinciden: la devaluación no es probable. Y en ese sentido, la explicación también es congruente: la existencia de un esquema administrado –mejor conocido como “cepo”– despeja cualquier duda.

¿Gestos equivocados?

Por su parte, Buteler adjudicó al Gobierno la responsabilidad de dar malas señales al mercado: el reciente encuentro entre el jefe de Gabinete Juan Manzur y el titular del INDEC Marco Lavagna, a criterio del analista, va en ese sentido. “Este Gobierno tiene una historia con el organismo, que la reunión se de en medio de un rebote inflacionario genera malas expectativas”, planteó.

Para el consultor, algo de eso tiene que ver también con la nula publicidad que tuvieron los datos del mes pasado que enorgullecerían a cualquier fiscalista: superávit comercial, actividad en niveles prepandemia y un déficit fiscal menor al del año pasado y al proyectado para 2021, “algo que debería ser resaltado y termina siendo escondido”, en palabras de Buteler, quien también reconoció: “No entiendo por qué el ministro no sale a publicitarlo por todos los medios. Tiene miedo de que desde el ala política le empiecen a pedir más plata. Pero realmente es un buen dato”.

Bonus: preocupación por el turismo

En el equipo económico del Gobierno ponen el ojo en los dólares que podrían salir por el regreso de la actividad turística y el gasto del dólar tarjeta por parte de los argentinos que vacacionan en el exterior. Si bien el tipo de cambio actual es poco tentador para viajar al resto del mundo, esa balanza históricamente manifestó números en rojo y ahora, con escasas reservas en las arcas del Estado, podría acentuar los problemas cambiarios.