"Estoy extremadamente tranquilo y estoy con la conciencia de que no he cometido ningún crimen", con estas palabras Lula Da Silva se defendió, antes de que la Justicia brasilera confirmara su condena por corrupción.

En una serie de tweets, el ex presidente de Brasil realizó un descargo en el que rectificó su crítica al gobierno de turno y su postura frente a la actualidad. "Están vendiendo nuestro cuerpo. Rifando a Petrobras, el BNDES, la Caixa Económica Federal...", escribió al denunciar la privatización latente.

"Yo tengo mucha disposición y lo que está pasando conmigo es muy poco delante de lo que está sucediendo con millones de brasileños desempleados en ese país", es una de las más destacadas frases de su decargo mientras que el cierre lo retrata como quiere ser mirado: "La única cosa que estoy seguro es que sólo el día que muera, voy a parar de luchar".