Mientras el presidente de la Nación continúa con su maratón del SiSePuede, en la que recorrerá 30 ciudades en 30 días, en los despachos de la Casa Rosada se suman al optimismo de Macri, aunque con las planillas de cálculos en mano: dirigentes del oficialismo tomaron el caso de Mendoza, en el que se revirtió la tendencia de las primarias, como un potencial para las elecciones de octubre, a la vez que esperan que se amplíe el número de votantes en la votación general nacional.

Además, el candidato a vicejefe por Vamos Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, aseguró que Macri perdió 5 puntos por la falta de fiscalización.

Los números de las PASO son claros: el Frente de Todos obtuvo el 49,4% de los votos para la elección a presidente. El oficialismo, por su parte, recogió el 32,9% del sufragio. De repetirse estos números, Alberto Fernández quedaría al frente del Ejecutivo nacional, al no sólo obtener el porcentaje necesario para ganar en primera vuelta (por encima del 45%) sino que, incluso, de bajar ese número, Macri todavía no llegaría a acortar los puntos porcentuales: la diferencia debería ser de menos de 10 puntos, una vez superada la barrera del 40 por ciento.

Optimismo

Entonces, ¿de dónde nace el optimismo estadístico de Casa Rosada? Según trascendidos, en el equipo de Marcos Peña confían que habrá un cambio drástico en la participación, algo similar a lo ocurrido en 2015: en aquellas PASO había votado el 74,9 por ciento y el salto fue de seis puntos: votó el 81 por ciento en primera vuelta. En las últimas PASO, por su parte, el alcance fue del 76,4 por ciento.

Por ende, para que Fernández baje del 49,49% al 44,9%, tiene que ampliarse la base de electores: deberían sumarse al menos dos millones y medio de votos afirmativos más, y Macri tendría que captar más de la mitad para crecer al 35%. Para ello, el Presidente necesita pasar de sus 8.121.416 votos de las PASO a 9.512.181 en la general.

El caso mendocino y ¿una mejora? en la fiscalización

La otra vela de la esperanza está en el comportamiento de los votantes y su posibilidad de cambio en menos de 90 días. En ese sentido, desde Casa Rosada esperan que se pueda repetir la situación de Mendoza: Entre las primarias y la elección del domingo el frente Cambia Mendoza creció del 45,11 al 49,88 de los votos (una suba de unos 94 mil votos), mientras que el peronismo bajó del 37,55 al 34,96 por ciento (sumó algo más de 5 mil votos).

Otra de las voces de Vamos Juntos por el Cambio que intentó incluir cifras al análisis electoral fue el ex jefe de bloque del peronismo en el Senado, Pichetto. El candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, advirtió la necesidad de fiscalizar en las elecciones generales del 27 de octubre próximo.

"Hubo muchas actas en cero [en las PASO], pero esto nadie lo quiere reconocer del todo porque implica asumir responsabilidades", apuntó Pichetto y agregó que una porción de la amplia diferencia que obtuvo Alberto Fernández (Frente de Todos) a su favor en las PASO se "explica" por la falta de fiscalización del oficialismo en varias provincias y algunos distritos de Buenos Aires. "Hay cuatro o cinco puntos que se explican por falta de control", lanzó. 

Pese a esos dichos, el candidato nunca aclaró la diferencia de fiscales, si es que hubo, entre el Frente de Todos y Vamos Juntos por el Cambio.